Junta general del BBVA, en Bilbao y en formato híbrido, presencial y telemático, lo que, sin embargo, no animó la participación que se quedó en algo más del 65% del capital. La gente está cansada de tanto Zoom.

Por lo demás, fue una junta muy parecida a la de los últimos años, con unos sindicatos cabreados por el maltrato a la plantilla, especialmente después del mayor ERE en la historia del banco al que, según cifras oficiales, se apuntaron 5.216 trabajadores, pero supuso la salida de muchos menos: 2.935.

“Nadie aguanta trabajar en BBVA, sobre todo en las oficinas”, le afeó el representante del sindicato CGT, que negó que el salario medio de la plantilla fuera de 73.000 euros, como consta en el informe de remuneraciones remitido a la CNMV.

El caso Villarejo, cómo no, también estuvo presente. “Es muy cansino”, afirmó Torres en febrero, durante la presentación de resultados anuales a la prensa. Un accionista se lo recordó: “Tiene razón, Sr. Torres, es cansino que el BBVA siga arrastrando su reputación”.

También se refirió al caso Villarejo Luis del Rivero, que puso en duda la colaboración del banco con el juez Manuel García-Castellón. El expresidente de Sacyr expuso dos motivos: que el banco continúa imputado y que el director de Comunicación, Paul Tobin, está imputado, según él, como consecuencia de ocultar datos a la Administración de Justicia. Del Rivero concluyó pidiendo la dimisión de todo el Consejo salvo la del Ceo, Onur Genç.

Pero volvemos a los sindicatos, porque la reivindicación más repetida fue la situación de la plantilla, más mermada que nunca. “Presión comercial insostenible”, “ni somos un equipo, ni el cliente es lo primero”, “plantilla quemada y clientes indignados”, “BBVA ha entrado en la precariedad”, son algunas de las frases dirigidas a Torres y a Genç, que previamente habían alabado la labor del a plantilla. “Nada de esto sería posible sin el mejor equipo”, había dicho Genç.

Los accionistas también criticaron que la acción haya perdido el 40% de su valor desde 2015, cuando cotizaba a 9,13 euros, a lo que Torres respondió asegurando que el retorno a los accionistas desde enero de 2019, inlcuidos dividendos, fue del 30%, frente al 12% del sector en Europa y frente al 2% del resto de bancos en España.

¿Opa sobre Garanti? Torres insistió en la conveniencia de la operación. “Turquía es un mercado estratégico para BBVA”, contestó el presidente, que no hizo mención a los riesgos que supone el hecho de que el país esté gobernado por Erdogan, un líder económico con la democracia.

Pero si de algo presume Torres es de la presidencia del banco de la Red Empresarial por la Diversidad LGTBI en España, “algo que me llena de orgullo”, aseguró. Menos mal, don Carlos.