Por fin, Rolls-Royce ha cerrado este lunes la venta de la vasca ITP Aero, por 1.700 millones de euros, 100 millones más que los 1.600 millones en los que fue valorada la compañía por Bain Capital, que ganó la puja. El fondo norteamericano no está solo. Le acompañan la empresa gipuzkoana SAPA, especializada en la propulsión de tanques y cuyo único cliente es el ejército español, y JB Capital, sociedad de Javier Botín.

La entrada de socios españoles en la operación era una de las condiciones impuestas por el Gobierno de Pedro Sánchez, que en un primer momento pensó en INDRA. La empresa que preside Marc Murtra, sin embargo, no participará en la compra. Su anterior presidente, Fernando Abril-Martorell, desechó la operación por considerar que el precio era excesivamente elevado.

Sea como fuere, lo cierto es que el anuncio se ha realizado este lunes, fecha en la que se cumplía el plazo establecido por Rolls-Royce, pocas horas después de que el presidente del Gobierno interviniera en el Centro Botín, en Santander, donde también estaba (lógico) el presidente de la Fundación Botín. La que no asistió fue la hermana de Javier y presidenta del Banco Santander, Ana Botín, enemistada con Sánchez desde el affair PRISA.

Tanto el empleo como el mantenimiento de la sede están garantizados. “Rolls-Royce, el consorcio liderado por Bain Capital e ITP Aero están satisfechos con las conversaciones mantenidas con los gobiernos español y vasco durante todo el proceso negociador en esta transacción. Bain Capital y el consorcio de empresas apoyan el mantenimiento de los puestos de trabajo, así como el crecimiento futuro de la empresa”, asegura ITP en un comunicado.

En cualquier caso, la operación, que se cerrará durante el primer semestre de 2022, está abierta a la entrada de nuevos socios industriales españoles que representen hasta un 30% del capital. INDRA podría ser uno de ellos: Murtra hará lo que le dicten desde Moncloa.