
Ferrero apuesta mucho más que por una compra, al aumentar su portfolio y su presencia en Norteamérica haciéndose con la empresa de cereales estadounidense WK Kellogg, que está valorado en 3.100 millones de dólares (unos 2.650 millones de euros). “Esto es más que una simple adquisición: representa la unión de dos empresas, cada una con un legado que enorgullece y generaciones de consumidores fieles”, ha destacado Giovanni Ferrero, presidente ejecutivo de Grupo Ferrero y representante de la tercera generación familiar.
Como saben, este último es un grupo italiano de alimentación especializado en dulces y chocolates que tiene su origen en el municipio de Alba, situado en la región del Piamonte, donde en los años 40 del siglo XX, cuando el matrimonio formado por Piera y Pietro Ferrero (abuelos de Giovanni) transformó una pastelería en una fábrica, siendo la primera empresa manufacturera de Italia después de la Segunda Guerra Mundial. Pietro fue el inventor de la Nutella, una famosa crema de cacao y avellanas, aunque no llegó a ver su comercialización, la cual empezó en 1964, años antes que la española Nocilla (1967). Su hijo y maestro chocolatero, Michele, decidió producir también en el extranjero, expandiendo así el negocio familiar al que se incorporaron nuevos productos a lo largo de varias décadas; se casó con Maria Franca Fissolo y profesaba un ferviente catolicismo. De hecho, el diseño del famoso bombón Ferrero Rocher recuerda a la cueva donde se apareció la Virgen María a Bernadette Soubirous en Lourdes (Francia), y junto a esta se levantó un santuario que solía ser visitado por Michele Ferrero y su familia, y adonde llevó a algunos directores y hasta organizó alguna visita para sus empleados. Asimismo, Michele colocó una estatua de la Virgen María en los 14 centros de producción que entonces tenía el grupo en el mundo y en el 50 aniversario, llegó a afirmar: “Debemos el éxito de la Ferrero a Nuestra Señora de Lourdes; sin ella podemos hacer bien poco”.
Ahora, Ferrero cuenta con un portfolio bastante diversificado y que vende en más de 170 países, pues a la Nutella, se suman: los bombones Ferrero Rocher, Raffaello, MonChéri, Ferrero Küsschen y Pocket Coffee (que combinan café expresso y chocolate); tabletas de chocolate de Ferrero Rocher y Raffaello; la gama Kinder (huevos de chocolate, barritas y galletas de barquillo); y los caramelos TicTac, entre otros muchos. Hace unos años, decidió entrar en el mercado de los helados, haciendo unos de las marcas de bombones Raffaello y Ferrero Rocher (que no se pueden consumir en verano), y que fabrica en España tras entrar en ICFC y años después hacerse con el control total.
Volvamos al último movimiento. Después de meses de rumores, se ha confirmado que Grupo Ferrero se hace con la compañía de cereales de WK Kellogg Co (dueña de All-Bran, Corn Flakes, Crispix, Froot Loops y Frosted Flakes, entre otros), que se escindió de Kellogg Company (también llamada sólo Kellogg’s y que fundaron los hermanos Will Keith Kellogg y John Harvey Kellogg en 1906, que tuvieron años de disputas y diferencias… que hasta llegaron a los tribunales). Con la citada separación, Kellogg Company (dueña de marcas como Pringles, Cheez-It, Pop-Tarts, Eggo y Rice Krispies Treats, entre otras), se rebautizó como Kellanova y se centró en snacks y cereales internacionales; mientras que WK Kellogg Co se dedicó a los cereales en Norteamérica.
Claro que en agosto de 2024, Kellanova fue comprada por Mars (dueña de las chocolatinas que le dan nombre, así como de Snickers y M&M’s, entre otros productos) por unos 35.900 millones de dólares (unos 30.700 millones de euros al tipo de cambio actual). Y ahora, también en verano, es WK Kellogg Co la que ha sido adquirida por Grupo Ferrero, que ha ofrecido 23 dólares (unos 19,67 euros) por acción en efectivo, lo que supone una prima del 31% sobre la cotización del pasado miércoles 9. Al conocerse este paso y el precio ofrecido, la cotización de WK Kellogg Co se ha disparado más de un 30% para acercarse al ofertado por el grupo italiano, que espera poder cerrar la operación en el segundo semestre.
Una compra que incluye la fabricación, comercialización y distribución del portafolio de cereales para el desayuno de WK Kellogg en EEUU, Canadá y el Caribe, y que se encuadra perfectamente en el plan de crecimiento estratégico del grupo italiano en Norteamérica, donde ya tienen 14.000 empleados repartidos entre 11 fábricas y 11 oficinas. “Creemos que esta transacción maximiza el valor para nuestros accionistas y permite a WK Kellogg escribir el siguiente capítulo del legado histórico de nuestra compañía”, ha señalado Gary Pilnick, presidente y consejero delegado de esta última, que en los últimos años ha visto ralentizadas sus ventas por los nuevos hábitos de los consumidores al irse alejando de alimentos azucarados. Cabe recordar que Grupo Ferrero lleva tiempo apostando por EEUU, donde compró el negocio dulce de Nestlé en 2018, por ejemplo. Y por cierto, no hay que olvidar que Giovanni Ferrero tomó las riendas del negocio familiar al fallecer su hermano mayor y sumó la presidencia ejecutiva al fallecer su padre, aunque en marzo de 2017 optó por repartir la gestión y nombró director ejecutivo a Lapo Civiletti.












