Recordemos que el Índice de Precios de Consumo (IPC) anual se quedó en el 6,1% en enero, como recogió Hispanidad.

Pues bien: el IPC definitivo de febrero, publicado por el INE, en tasa anual, ha alcanzado el 7,6%, dos décimas por encima de la avanzada a finales del mes pasado por el INE (7,4%).

Se trata de su tasa más alta en casi 36 años, concretamente desde diciembre de 1986.

Las causas son varias. Por un lado, los precios de la electricidad, que disminuyeron menos que en febrero de 2021. También, el incremento de los precios de la restauración, y el encarecimiento del gasóleo para calefacción, de los carburantes, de los automóviles y de algunos alimentos, como legumbres y hortalizas; leche, queso y huevos, y pan y cereales.

La Inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en febrero seis décimas, hasta el 3%, con lo que se sitúa más de 4,5 puntos por debajo de la tasa del IPC general. Es la tasa más elevada de la subyacente desde septiembre de 2008.

En tasa mensual, el IPC aumentó un 0,8% respecto al mes anterior, en contraste con el retroceso del 0,4% que experimentó en enero, por la subida de los precios de los carburantes, de los combustibles para calefacción, de las frutas y otros productos alimenticios, y de la restauración.

UGT ha alertado este viernes de que el “desbocado" IPC de febrero puede acabar generando "un importante agravio para la clase trabajadora", en un contexto en el que las previsiones para el resto del año se mantendrán altas ante "las adversas consecuencias" de la guerra en Ucrania, sobre todo en lo referente a los precios de la energía. El sindicato ha instado a "proteger la capacidad adquisitiva" de los trabajadores, con una adecuación salarial a la situación inflacionista y también ha pedido un aumento de los salarios de convenio, unido a la introducción de cláusulas de revisión salarial.

Recordemos también que, como recogió Hispanidad, el Banco Central Europeo (BCE) acelera la retirada de estímulos (podría terminar la compra neta de bonos en junio) y abre la puerta claramente a una subida de los tipos este año ante la persistencia de la inflación y unas expectativas de precios al alza.

Cabe recordar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó esta semana para culpar al presidente ruso, Vladimir Putin, de la inflación por la "guerra ilegal", algo que extendió también a 2021 porque, según ha dicho, "llevaba más de unos meses preparando" ese conflicto en Ucrania. Sánchez nos toma a todos por idiotas…