Lo único que ha conseguido el Gobierno de Alcoa es que acuda a una reunión con Industria, que no es mucho, pero hasta ahora se había negado. Lo que no ha logrado, sin embargo, es que dé el brazo a torcer, al menos, para replantearse su plan de fuga, que mandará al paro a casi 700 empleados. El objetivo de la ministra Reyes Maroto, en cualquier caso, es claro: quiere que la multinacional del aluminio se quede. El otro frente de su cartera, que comparte con Teresa Ribera, está en el sector del motor, alterado con los planes de Sánchez, y de cuyo desenlace depende la tormenta que no ha cesado después de la tempestad.

Maroto se queja, de hecho, de lo caraduras que han sido los americanos, cuya decisión no tiene explicación o Alcoa no la ha dado. Su posición es firme y por eso se desplazará personalmente a EEUU para presionar a la multinacional, como anunció hace dos semanas.

Reyes Maroto tiene clara la deslealtad de Alcoa, pero la industria del motor es mucho más que el aluminio 

El Gobierno, de hecho, no va a ofrecer nada a cambio para que mantengan las plantas de La Coruña y Avilés, si acaso facilidades en I+D, porque lo demás, como las rebajas a medida en los costes energéticos, ya están en marcha con el real decreto de Medidas Urgentes para el Impulso de la Competitividad.

La norma, en concreto, deja sin motivos una de las quejas de Alcoa: el coste de la energía. El nuevo Estatuto de Consumidores Electrointensivos permite abaratarlos y reduce la volatilidad de precios en las grandes industrias.

Lo que quiere Maroto, así las cosas, es hablar con el que toma las decisiones en la multinacional, porque la capacidad de interlocución en España es mínima, como se ha visto en la primera reunión en Madrid con representantes de los ministerios de Industria y Transición Ecológica y de los sindicatos. La meta es buscar alternativas al cierre, sí o sí para la americana, que acudió a la cita con guardaespaldas.

El nuevo decreto ley de medidas urgentes deja sin razones a la americana para fugarse de La Coruña y Avilés

Si Alcoa no se baja del burro y levantan el vuelo, la única alternativa que baraja Maroto es similar al reciente en León con la fuga de la danesa Vestas: buscar posibles compradores, fondos de inversión o socios industriales. Ha sido la solución con la compra de Network Steel.

El otro frente para la cartera de Maroto está en la industria del motor, en la que ha interferido con el golpe asestado a los vehículos diésel y a todos los demás. Para el sector está claro que la caída de ventas es consecuencia de las prohibiciones de la ministra Ribera. Ha sido objeto, todo ello, de la reunión esta semana de las patronales Anfac y Serauto, fabricantes y proveedores, con las dos ministras.

El daño de las declaraciones radicales, se ha visto, perjudica a los consumidores, y no es para menos cuando en esos planes está la sustitución en 32 años de 33 millones de vehículos por eléctricos, un reto que parece imposible.

En este punto, el Gobierno tiene más margen de maniobra que en el caso de Alcoa, que depende sólo de una empresa, sobre todo porque en esas negociaciones está en juego el 10% del PIB. Eso no quita que Ribera tenga claro sus objetivos, la descarbonización de la economía española y sus metas para acabar con la venta en 2040 de todos los vehículos diésel, de gasolina e híbridos, y con su circulación en 2050.

Si la multinacional no se baja del burro la única alternativa del Gobierno es buscar fondos y/o socios industriales

Todo ello, en fin, implica un cambio radical en las plantas de fabricación de las multinacionales instaladas en España. Más, si tenemos en cuenta que sólo dos de ellas producen vehículos eléctricos, la de PSA (Peugeot y Citroën) en Vigo y la de Nissan en Barcelona. En paralelo, el sector, que nunca le ha gustado que le programen, está resentido por la caída de las matriculaciones, pero ya no tiene el poder de lobby del que gozó en tiempos de Mariano Rajoy.

Después del encuentro, las palabras que quedaron fueron dos: “reunión provechosa”. Y a la cita ha seguido el relanzamiento del contrato relevo en la industria, dentro del Real Decreto Ley de medidas urgentes, que afecta especialmente al sector del motor.

El sector del motor lee la cartilla a las ministras Maroto y Ribera: sus mensajes han perjudicado a las ventas

No consiste en otra cosa que aplicar la norma sobre jubilación parcial en paralelo al impulso de contrataciones indefinidas para rejuvenecer las plantillas. La fórmula tuvo su gran momento en plena crisis pero perdió fuelle con el endurecimiento de las condiciones para acogerse a la jubilación parcial impuestas por el PP.

La excepción en esa regla fue el sector del automóvil, con una moratoria que terminaba el próximo 31 de diciembre y que ahora se prorroga cuatro años, hasta el 1 de enero de 2023. El Gobierno pone el ángulo en toda la industria manufacturera, pero el principal beneficiaciario será el motor.