Ocurrió hace pocos días. Marc Murtra, presidente de Indra, lo dijo bien claro durante un debate entre empresarios: Minsait está en venta. Como era una posibilidad de la que se había hablado, en el pasado, reiteradamente, no se le prestó la atención debida, pero lo cierto es que el economista socialista catalán apuntaba correctamente. Dicho de otra manera: la opción preferente ahora mismo para INDRA es la escisión. O mejor, que INDRA venda su división de ingeniería y telecos (Minsait) y se quede como empresa de Transporte y, sobre todo, de Defensa, en manos del Estado, ¿por qué no, al 100 por 100?

Ahora mismo, INDRA posee 53.000 empleados. De ellos, 44.000 en Minsait, 6.500 en Transporte y 2.500 en Defensa. Margarita Robles se conforma con estos últimos y lo suyo es que el Gobierno se haga con el 100 por 100

Para que se hagan una idea, la plantilla de INDRA está compuesta por 53.000 empleados. De ellos, 44.000 en Minsait, 6.500 en Transporte y 2.500 en Defensa y, curiosamente, aunque tenga menos margen, resulta que ahora lo que va como un tiro es Minsait y lo que renquea es Defensa. 

Pues bien, en este momento hay fondos que están dispuestos a pagar por Minsait más de lo que vale en bolsa toda la compañía (1.537 millones de euros). Es el momento ideal para vender. Ahora bien, si repasan las cifras antedichas sobre plantilla, convendrán ustedes en que INDRA se convertiría en una empresa de Defensa, pero jibarizada.

En cuanto a los directivos de esa futura empresa escindida no hay que ser muy listo para comprender que el Estado pasaría a ser el propietario del 100 por 100 de la ingeniería de Defensa y privatizaría el resto de INDRA.

Y en esa tesitura, y dada la actitud actual del Gobierno, todo parece indicar que el consejero delegado responsable de Defensa, Ignacio Mataix, se ubica en línea de salida de la compañía, mientras que el presidente, Marc Murtra, amigo personal de Pedro Sánchez, al que apoyó desde el PSC en los momentos más duros del ahora presidente, o bien sale de la compañía o, en cualquier  caso, no será presidente ejecutivo. 

La junta del 28 de octubre se convierte en una mera entrada de los nuevos consejeros, además de enmendar la chapuza de cuatro meses atrás. Lo mejor: el papel del inquietante Oughourlian, queda en nada. Que se conforme con El País

Por otro lado, Margarita Robles bien puede conformarse con una división de Defensa mucho más pequeña. No vayan a creerse que el espectacular aumento del presupuesto de Defensa para 2023 es incompatible con la escisión de INDRA. 

Y si la escisión se lleva finalmente a efecto, nos encontraremos con algo positivo: España tendrá al 100 por 100 su ingeniería de Defensa y ¡albricias y pan de Madagascar! el intrigante e inquietante Joseph Oughourlian ya no será necesario: ¡loado sea el cielo! Por cierto, don Joseph pidió permiso para subir su participación del 5 al 10% de INDRA. Pues miren ustedes, a día de hoy continúa en el 5% y, recuerden que si quisiera entrar en el Consejo de la compañía, antes de la Junta del día 28, deberá comunicarlo antes del día 24 y, atención, comprar más acciones hasta la frontera del 7,2%. Mejor haría en conformarse con presidir PRISA donde tampoco cumple el pacto firmado con Moncloa: Oughourlian es el propietario y gestor de PRISA, pero en la línea ideológica de El País y La Ser manda Miguel 'Cubanino' Barroso, comisario político de don Pedro Sánchez para la cosa mediática. 

Por cierto, sobre el polémico cese de consejeros, la presidenta de la Sepi, Belén Gualda ha afirmado este miércoles, en la Comisión de Presupuestos, que todo se hizo correctamente. "Sepi ha efectuado el procedimiento que sigue siempre para su participación en decisiones de gobierno corporativo en las empresas que participa. Nuestra máxima es velar por los retos de la compañía y no por los intereses de particulares", afirmó.