El impuestazo contra los bancos y las eléctricas ha recibido el varapalo de, por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE), pero Sánchez ha reaccionado de inmediato: eso es porque Luis de Guindos es del PP, exministro de Rajoy, y ahora vicepresidente del BCE. O sea, que es el PP el que atenta contra mi impuesto... y contra el pueblo. 

Ahora bien, ya hemos dicho que el problema del impuestazo es doble: es injusto y es chapucero.

Es injusto porque una cosa es mermar los beneficios y otra mermar los ingresos. Una empresa puede aumentar los ingresos y presentar pérdidas. En cualquier caso, atenta contra el negocio, no contra las ganancias: un impuesto injusto. 

Y además el impuestazo sociopodemita es chapucero, porque exige que los bancos y las energéticas no trasladen el impuesto a sus clientes. Ahora bien, no se trata de que decidan hacerlo o no, se trata de que se trasladará al cliente, sí o sí. 

Al final serán los clientes, y todos los españoles somos clientes forzosos de eléctricas y bancos, quienes paguen el impuestazo... sí o sí.