El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado el informe semestral de Coyuntura Económica del Instituto de Estudios Económicos titulado “Un crecimiento económico condicionado por un contexto institucional adverso”. La elevada incertidumbre, junto con la guerra arancelaria, los conflictos geopolíticos, una menor confianza empresarias y unas condiciones financieras más restrictivas son la 'tormenta perfecta' para que el IEE alerte del riesgo de "una progresiva ralentización de los ritmos de crecimiento". Y ojo porque, si bien el IEE mantiene que la inflación continuará moderándose, será "a menor ritmo que el apuntado hace unos meses". 

Para el IEE (servicio de estudios de la patronal empresarial CEOE), la economía española ha mantenido en los últimos años una trayectoria de crecimiento gracias al dinamismo del consumo privado, al empuje del sector exterior, especialmente el turismo, al soporte de las políticas europeas, incluidos los fondos europeos, y a la política fiscal expansiva. Pero esta situación podría estar comenzando a dar señales de que la cosa no marcha. 

Desde el Instituto de Estudios Económicos ponen el acento en el "elevado grado de incertidumbre existente en España", ya que va a afectar negativamente al comportamiento del sector exterior, que puede incluso drenar crecimiento al PIB, y a la inversión empresarial, dado que el entorno geopolítico, inclusive el nacional, "no va a favorecer la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales".

Los riesgos para la economía española los marcan en la política arancelaria de EEUU con Europa, que es el que "más va a afectar a la economía española". Pero ojo, que 'en el ámbito interno', los riesgos no se quedan atrás:

  • Desequilibrio fiscal, al tener una elevada deuda pública
  • Un mayor gasto corriente, sobre todo, en pensiones, que alcanza ya el 12,4% del PIB, por encima de la media de la Eurozona
  • Y un déficit estructural que supera el -3% del PIB

Con este panorama, "el margen de maniobra es escaso, sobre todo, si se diese una desaceleración de la actividad pronunciada o turbulencias en los mercados financieros internacionales".

Es por ello, que, en este contexto, el escenario central que anticipa el IEE es un avance del PIB del 2,3% para 2025, que se va a moderar hasta el 1,8% en 2026. Se prevé que, durante este periodo, "la composición del crecimiento cambie: el sector exterior pierde dinamismo, la inversión empresarial se mantiene débil y el consumo privado se afianza como pilar fundamental del crecimiento". El consumo de los hogares españoles se ha acelerado a lo largo de 2024 y el primer trimestre de 2025, gracias al aumento del empleo, de la renta disponible y a la moderación de la inflación y de los tipos de interés. Por su parte, el consumo público es el componente que registra un mayor avance desde antes de la pandemia, superando en casi un 20% sus niveles de finales de 2019 y continúa registrando crecimientos significativamente superiores al PIB.

Para el IEE, "más preocupante es la evolución de la inversión". La formación bruta de capital registra un avance muy limitado, "situándose apenas un 4,8% por encima de los niveles de finales de 2019. La inversión en bienes de equipo y en capital productivo sigue siendo el talón de Aquiles del crecimiento". A pesar de un contexto favorable en tipos de interés y acceso al crédito, las empresas muestran escasa propensión a invertir, especialmente en sectores tradicionales. Esta debilidad estructural responde a una combinación de incertidumbre política, baja rentabilidad esperada, problemas de competitividad frente a China y reorganización industrial. La utilización de la capacidad instalada ha disminuido y la falta de opciones claras de inversión en un contexto tan incierto frena las decisiones de inversión a medio plazo.

El mercado laboral tampoco pinta muy esperanzador (a pesar de lo que vende Yolanda Díaz), del análisis de los datos brutos en términos interanuales, se desprende que la afiliación a la Seguridad Social continúa creciendo a buen ritmo este año, "aunque está mostrando una desaceleración muy gradual. Una tendencia similar ha seguido la afiliación en el sector privado, que también se ha ralentizado levemente". Según las estimaciones del IEE, el mercado laboral seguirá creando empleo a un ritmo del 1,9% en 2025 y del 1,5% en 2026, en línea con la senda de desaceleración de la actividad. Esto permitirá reducir la tasa de paro de una manera contenida, hasta el 10,3% en 2026 desde el 11,3% registrado en 2024 y del 10,7% en el presente año.

El escenario que se plantea para el empleo se ha hecho desde la hipótesis de que no entre en vigor la reducción de la jornada laboral planteada por el Gobierno. En el caso de que se aprobara, habría que ajustar a la baja, tanto el empleo, como el crecimiento del PIB estimado para 2025 y 2026.

La evolución de la inflación a lo largo de 2025 se está caracterizando por cierta volatilidad en sus tasas de crecimiento interanual debido, entre otros factores, a la reversión de algunas medidas impositivas que han afectado tanto al IVA de la alimentación como al IVA de la electricidad. Lo más destacado de la evolución de la inflación subyacente en 2025 es la notable desaceleración de los alimentos elaborados, puesto que los servicios y los bienes industriales mantienen tasas de avance de sus precios muy similares a las de 2024. Según el IEE, la inflación registrará un crecimiento del 2,5% en media anual y las previsiones para la inflación subyacente apuntan a una tasa media del 2,3% en el presente año. 

El IEE sigue en la línea del discurso pronunciado ayer miércoles por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, cuando criticó que la falta de confianza provocada por el Gobierno hace mella en el ámbito empresarial. La falta de calidad institucional y regulatoria, hacen que el IEE proponga "una serie de políticas públicas orientadas a restituir y fortalecer la calidad institucional y regulatoria".

El IEE no habla por hablar, ha analizado la posición de España en función de diferentes indicadores que se dividen en tres dimensiones relevantes: la eficiencia regulatoria, el control a las instituciones y la estabilidad institucional.  

En el Índice de Deficiencia Regulatoria, España ocupa el puesto 12 de 34, con un nivel de deficiencia un 33% superior al promedio de la Unión Europea, situándose en una posición desfavorable en comparación con países de referencia como Francia, Alemania y el Reino Unido. Asimismo, el índice revela que España también supera la media de la OCDE en términos de deficiencia regulatoria, lo que evidencia un rezago significativo en la calidad del entorno normativo.

En el Índice de Deficiencia de Control Institucional, se sitúa en la posición 16 de 35, superando en un 5% la media de la Unión Europea y también por encima del promedio de la OCDE, lo que refleja una mayor debilidad de nuestras instituciones para supervisar y controlar el ejercicio de los poderes públicos. 

Finalmente, en el Índice de Inestabilidad Institucional, España alcanza la posición 9 de 35, con un nivel de inestabilidad del orden del 41% superior al promedio de la Unión Europea y un 15% por encima de la media de la OCDE. 

Entre las recomendaciones para mejorar la calidad institucional y regulatoria se proponen:

  • Fortalecer la gobernanza: transparencia, simplificación normativa y eficiencia del gasto.
  • Acelerar la innovación: motor esencial de la productividad y del bienestar.
  • Fomentar la inversión empresarial: movilizar recursos para el crecimiento.
  • Reducir la brecha de capacidades: adaptar el talento a los desafíos del futuro.
  • Reforzar la competencia: adaptar las reglas a una economía en transformación.
  • Reorientar la dimensión exterior: autonomía estratégica y apertura global.

Y el varapalo del IEE, en especial para María Jesús (Marisu) Montero y Pedro Sánchez, llega un día después del recibido de parte de la AIReF, que ha cargado contra la opacidad en el gasto en defensa y la falta de Presupuestos y planes fiscales. 

 

Además, no olviden que los inspectores de Hacienda exigen la "dimisión" de Marisu y la acusan de incompetencia manifiesta" por la financiación singular acordada con la Generalitat de Cataluña.