La broma al uso en el mundillo empresarial español es afirmar que Iberdrola va a entrar en el Instituto de Empresa Familiar (IEF). Y es que Ignacio Sánchez-Galán y García-Tabernero, hijo del presidente, es director de Compras Globales de la eléctrica, mientras su yerno, David Mesonero Molina, ha vuelto de PRISA convertido en director Global de Desarrollo Corporativo. 

Encima, tras las muchísimas presiones, sobre todo de los fondos accionistas, Galán se decide a nombrar Ceo al directivo Armando Martínez... y se estrena ante el mercado recordando que en Iberdrola sólo manda él, que sigue siendo presidente ejecutivo... y Martínez apenas tomó la palabra. 

Dicho de otra forma, el problema de la sucesión en Iberdrola sigue pendiente. Pocos creen que Martínez pueda sucederle en la presidencia y todos saben que el mercado no aceptaría una sucesión dinástica, es decir, que su hijo o su yerno le sustituyeran al frente de lo que hoy constituye la segunda compañía eléctrica de Europa. Y a día de hoy los reguladores nacionales tampoco van a ayudarle en la tarea, dado que Galán se ha enfrentado al Gobierno Sánchez. Por una parte, fue el primero en acusarle de falta de seguridad jurídica y de verter duras críticas contra la política energética de Teresa Ribera. Es más, si las presiones para que nombre un delfín, que llevan ya muchos años de vigencia, no han resultado, sólo se debe a que la gestión de Galán ha sido claramente sobresaliente. Ni sus peores enemigos ponen esto en duda. En plata, todos piensan que Galán es un empresario, incluídos aquellos que creen que don Ignacio es insoportable. 

Y todo ello con un añadido de actualidad. Catar es el principal accionista de Iberdrola con un 8,69% del capital. Y el Gobierno de Catar está ligeramente cabreado con la actitud de Europa recordándoles en pleno Mundial lo poco que respetan los derechos humanos. ¿Significa esto que estén cabreados, en concreto, con Iberdrola y con Galán? No especialmente, aunque el emir de Catar, Jeque Tamim bin Hamad Al Thani, abroncó a Galán por presumir de compañía verde: ¿acaso había olvidado que Catar es uno de los mayores exportadores de gas del mundo? 

La única palabra que no se puede citar en Iberdrola: Catar. Los moros quieren venganza

En cualquier caso, muy por delante de todo lo anterior, el principal problema de Galán es a medio plazo. Porque Iberdrola es un éxito, pero un éxito de monoproducto. Si dejamos a un lado la energía hidraúlica en España, Galán ha ido prescindiendo, tanto de su potencial nuclear como reduciendo sus planes en gas y ciclo combinado. Ahora somos todos muy verdes pero hay algunos institutos de analistas que consideran que lo verde puede pasar a la historia y que la prudencia en el sector aconseja diversificar la generación de energía. Dicho de otra manera: no seas tan verde, Ignacio.