Pablo Hernández de Cos cobró casi 114.000 euros por los siete meses que ha ejercido como gobernador del Banco de España durante 2018 (fue nombrado el 11 de junio). Según las cuentas anuales de la entidad, publicadas el viernes, su antecesor, Luis María Linde, que estuvo en el cargo desde el 1de enero hasta el 10 de junio, percibió 82.916,68 euros. En otras palabras, la retribución del gobernador del Banco de España está muy por debajo de la que perciben los máximos responsables de las entidades españolas más importantes.

Hablamos, por ejemplo, de los 11 millones que ganó Ana Botín en 2018 o los 3,3 millones que cobró María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.

El beneficio del Banco de España aumentó un 18,4% en 2018, hasta los 2.199,15 millones, después de registrar unos ingresos de 6.055,16 millones, un 19,6% superiores a los de 2017.

La tentación del banquero español: convertirse en banco de inversión

El jueves 7 de marzo fue un día aciago para la economía europea en particular, y para parte de la mundial, en general. Tras la reunión mensual del BCE, Mario Draghi anunció que no subiría los tipos de interés y que, además, inyectaría más dinero en el sistema. Tremendo. Poco después, y para contentar a la banca europea -‘su’ banca- el presidente del Banco Central Europeo anunció que no les cobrará por los depósitos que depositen en Fráncfort. La medida hará que la banca sea más segura, pero menos rentable.

Sí, justo ahora, que las entidades buscan desesperadamente aumentar la rentabilidad. En este contexto se entiende la tentación de los banqueros españoles por mutar hacia la banca de inversión.

Los bancos de inversión suelen pertenecer a países grandes como EEUU

Basta ver los resultados obtenidos en 2018 por Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan Chase o Citigroup. Todos ellos dispararon sus beneficios frente a Wells Fargo, el máximo exponente de banca doméstica en EEUU, que apenas logró aumentarlos un 0,9%.

Cambiar de banca doméstica, que ha dejado de ser negocio, por banca de inversión, que sigue siendo un buen negocio. El problema es que la mudanza no es algo que se pueda hacer de un día para otro. A este pequeño inconveniente se une el hecho de que los bancos de inversión suelen pertenecer a países grandes como EEUU.

Pero más significativo aún: la banca de inversión choca frontalmente con la banca doméstica, la que principalmente se realiza en España y que es, por cierto, la única que desarrolla una labor social. Por de pronto, porque constituye el sistema de pagos del país.