La regasificadora situada en el puerto de El Musel, en Gijón, lleva hibernada desde 2012, pero tiene más cerca su puesta en marcha: entrará en funcionamiento en seis u ocho meses
Parece que habrá gas durante mucho tiempo, pese a la transición energética… de hecho, muchos la ven como una energía de transición, y seguirá teniendo más papel que la nuclear, pese a que emite CO2. En este escenario, España quiere elevar su ya relevante nivel de almacenamiento y la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado al presidente de Asturias, el socialista, Adrián Barbón, que “en los próximos días firmará la autorización” para abrir la regasificadora situada en el puerto de El Musel, en Gijón (Asturias).
Desde Enagás, gestora del sistema gasista y compañía transportista de gas, explican a Hispanidad que esta planta lleva tiempo “técnicamente hibernada”. Recientemente, la CNMC ha emitido un informe favorable al arranque de la autorización que pretende aprobar el Gobierno, como informó El Economista. Ahora, después de que llegue la autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, aún se necesitarán otros dos procesos administrativos más: reconocimiento de su régimen económico por parte de la CNMC y la orden de puesta en marcha del citado Ministerio.
España es actualmente el país que mayor número de plantas regasificadoras tiene de Europa: seis (Bilbao, Mugardos, Huelva, Cartagena, Sagunto y Barcelona) están en funcionamiento y otra (la de El Musel) se acabó en 2012 y llevaba hibernada desde entonces
La regasificadora asturiana actuará con un régimen especial como almacenamiento de gas natural licuado (GNL), que cuesta más del doble que el que llega por gasoducto. Esto no es baladí y menos en un contexto de crisis con Argelia, donde están subiendo las importaciones de GNL (EEUU ha sustituido al país africano como primer suministrador de nuestro país), y de guerra en Ucrania que está provocando que muchos países europeos quieran dejar de depender del gas de Rusia. De la crisis de Argelia, se están aprovechando EEUU, Alemania e Italia; mientras con el conflicto en Ucrania y las sanciones al país de Vladimir Putin hacen negocio EEUU, Catar, Australia, Israel y Egipto… y puede que ambas listas sigan creciendo. Además, también hay que tener en cuenta que la gasística rusa Gazprom está reduciendo el suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream, algo que ya está afectando a Alemania, Austria y Países Bajos ya han anunciado que aumentarán el uso de carbón.
Conviene recordar que España es actualmente el país que mayor número de plantas regasificadoras tiene de Europa: seis (Bilbao, Mugardos, Huelva, Cartagena, Sagunto y Barcelona) están en funcionamiento y otra (la de El Musel) se acabó en 2012 pero aún no se ha puesto en marcha por problemas en los tribunales y estaba “hibernada” desde entonces. Seis dentro de las 20 regasificadoras que hay en total en el viejo continente y que permiten a nuestro país representar el 30% de la capacidad de almacenamiento de GNL y cerca de un 25% de la capacidad de regasificación. Ahora, si empieza a funcionar también la de El Musel, la de almacenamiento aún será mayor. Además, las reservas europeas de gas están muy por debajo de las españolas, como explicó hace unas semanas Joan Batalla, presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigas), en la reunión anual de esta patronal gasista: España dispone de un 66%, frente al 47% de Francia e Italia, el 45% de Alemania o el 35% de Países Bajos.