Grupo Calvo sorteó un “complejo” 2022 por culpa de la inflación y los mayores costes. Es cierto que logró que las ventas crecieran un 22%, pero en parte fue por la subida de precios, y además, el resultado bruto de explotación (ebitda) bajó a 51,6 millones de euros.

La multinacional española especializada en conservas de pescado, con sede en Carballo (La Coruña), tuvo sus orígenes en una pequeña tienda de ultramarinos que fundó Luis Calvo Sanz y que también abrió su primera fábrica. Actualmente, la familia Calvo es dueña del 60% del capital y el 40% restante es del gigante italiano Bolton Group. “En línea con nuestro compromiso con la mejora continua, hemos trabajado para hacer más eficientes nuestros procesos conteniendo así el incremento de costes, que sólo fueron parcialmente transferidos al precio. Ha sido un año complejo, pero lleno de aprendizajes para todos”, ha señalado el CEO, Mané Calvo.

Las ventas crecieron un 22%, a 678 millones de euros, frente a los 555,4 millones ingresados en 2021, y comercializó 100.357 toneladas de producto terminado. Sin embargo, trasladó parcialmente la subida de costes (+32%) a los precios de los productos, por lo que sus márgenes de la actividad productiva y comercializadora descendieron y no pudieron ser compensados por el buen desempeño de la unidad de flota. Entre los mayores costes, destacan los del atún, la energía y el aceite (tanto de oliva como de girasol); y la guerra de Ucrania.

Al no trasladar totalmente la subida de costes a los precios, el ebitda bajó a 51,6 millones, frente a los 56,2 millones obtenidos en 2021. Eso sí, Brasil se mantuvo como el principal mercado de Grupo Calvo en términos de volumen de productos, seguido de España e Italia.