Alphabet, matriz de Google, se desplomó un 3,6% en bolsa el martes tras publicar sus resultados del primer trimestre del año, que arrojaron un beneficio de 16.436 millones de dólares, un 8,3% inferior al del año anterior. Los inversores esperaban más del buscador que decepcionó, principalmente, con el negocio de Youtube que facturó 6.870 millones (+14%) frente a los 7.500 millones que pronosticaron los analistas.

Resulta curioso comprobar cómo una empresa tan innovadora como Google, con oficinas tan modernas y que alardea de mejorar la vida de los ciudadanos con avances tecnológicos de última generación, sigue viviendo de un negocio tan clásico como la publicidad. Una publicidad que, sin el mayor reparo, le roba a los medios de comunicación tras utilizar sus noticias sin pagar nada por ellas. Y ahora, además, censura a todos aquellos que no siguen el consenso general o los postulados progres del Nuevo Orden Mundial. Así es Google.

Pero volvamos a los resultados. Los ingresos del grupo alcanzaron los 68.011 millones de dólares, un 23% más que los de 2021, de los que más del 80% (54.661 millones) correspondieron a publicidad.

La compañía que dirige Sundar Pichai todavía no ha logrado rentabilizar el negocio de la nube, donde compite con Amazon y Microsoft, principalmente. Así, a pesar de aumentar la facturación un 44%, este negocio perdió 931 millones de dólares.