Ignacio S. Galán ha dado un paso más en su ruptura con Pedro Sánchez. Y es que ha presumido de superar los 7.500 empleados en EEUU con su filial (Avangrid) y de generar 70.000 puestos de trabajo allí con sus millonarias inversiones y compras.

El presidente ejecutivo de la eléctrica aparece en una fotografía estrechando la mano del presidente de EEUU, Joe Biden, mientras en el Foro de Davos no tuvo reparos en plantar a Sánchez y días antes, se mostró muy agradecido con el rey Felipe VI. Recuerden que en el último plan estratégico 2023-2025, EEUU se sitúa como el principal destino de las inversiones de la eléctrica, acaparando el 47%, frente al 13% que irá a parar a España. De hecho, acaparará más de 21.500 millones de dólares entre 2023-2025, superando no sólo la cifra que tendrán otros países, sino también más que duplicada la invertida allí entre 2020 y 2022 (9.000 millones de dólares).

Al cierre de septiembre de 2022, Iberdrola tenía 40.543 empleados. Ahora ha desvelado que ha superado los 7.000 en EEUU, lo que supondría casi el doble de los 3.500 que tenía en España al final de 2021

Al cierre de septiembre de 2022, Iberdrola tenía 40.543 empleados. Ahora ha desvelado que ha superado los 7.000 en EEUU, lo que supondría casi el doble de los 3.500 que tenía en España al cierre de 2021. Desde entonces, Galán ha aludido en demasiadas ocasiones a la falta de seguridad jurídica en nuestro país y se querellará contra el nuevo impuesto a las energéticas impuesto por el Gobierno Sánchez, pero esto no le da legitimidad para crear más empleo fuera de nuestras fronteras que dentro... ni siquiera cuando ha vuelto a apuntar que su sucesor se apellida Smith, aunque a él aún le queda rato, porque renovará, al menos, por otros cuatro años más, y además, se ha lanzado a especular con las renovables en EEUU... donde también busca socios y plusvalías

También hay que tener en cuenta que las energéticas no sólo han elevado sus inversiones fuera de España por la abundancia de medidas una semana sí y otra también y la lenta tramitación de los permisos de renovables, sino porque se podrán beneficiar, por ejemplo, de los fondos, incentivos y créditos fiscales de la Ley de Reducción de la Inflación (más conocida como IRA, por sus siglas en inglés) que ha entrado en vigor en EEUU y también incluye desgravaciones fiscales para los hogares. Esta última busca disparar las inversiones en energías verdes con créditos fiscales y recompensas a las empresas que se instalen allí y reorganicen sus cadenas de suministro ubicándolas en su suelo, con el fin de reducir su dependencia de China y acelerar en la reducción de emisiones de cara a 2030. Claro que la IRA perjudica a Europa, porque tiene una regulación más compleja, con normas que limitan las subvenciones; mayores costes energéticos; y una larga tramitación a la hora de obtener permisos (por ejemplo, de forma destacada en España en lo que respecta a las energías renovables y los puntos de recarga para coches eléctricos).