La capitalización bursátil de Unicaja (1.647 millones de euros) supera a la de Liberbank (1.183 millones) en 464 millones de euros. Sin embargo, la que sale más beneficiada de la fusión entre ambas es Liberbank y no Unicaja. Cuidado: no nos referimos a posibles futuros ajustes tras la integración, sino al hecho de que una de ellas -Unicaja- es mejor que la otra -Liberbank-.

Las dificultades de Liberbank (unión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria) se remontan prácticamente al mismo momento de su constitución, en mayo de 2011. Sin embargo, fue el resultado del test de estrés de Oliver Wyman (octubre 2012) el que puso negro sobre blanco en las necesidades de capital de la entidad. Recuerden como, por ejemplo, tuvo que suspender la fusión que había aprobado a finales de mayo de ese año, con Ibercaja y Caja3. Al final, Liberbank recibió 124 millones de euros en CoCos a cambio de ajustar un 25% su tamaño.

Menéndez ha logrado, no solo sacar el banco a flote, sino fusionarlo con Unicaja. Sin duda, hay que reconocerle el mérito

Las dificultades han perseguido a Liberbank desde entonces. Más reciente fue la suspensión de la cotización por parte de la CNMV en septiembre de 2017, tras caer más de un 20% en varias sesiones, después de anunciar una ampliación de capital de 500 millones. La resolución del Popular estaba aún fresca en el recuerdo y el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, decidió -con Liberbank sí- tomar cartas en el asunto.

Pues bien, después de atravesar todas estas dificultades y cosechando, hasta 2017, unos resultados ridículos para su balance, Menéndez ha logrado, no solo sacar el banco a flote, sino fusionarlo con Unicaja. Sin duda, hay que reconocerle el mérito. Ahora bien, cuidado con Unicaja porque, sí, es mayor que Liberbank pero tampoco está exento de problemas, con un negocio que no termina de arrancar y con unos gastos que no bajan lo suficiente.

Ahora bien, en Cibeles, y en Fráncfort, quieren bancos mucho más grandes (como si eso les fuera a hacer mejores)

Pero la trayectoria de Menéndez no termina aquí sino que continuará en la entidad resultante. Lógico, el CEO de Liberbank tiene 59 años frente a los 71 que ‘gasta’ Manuel Azuaga. El primero será CEO y el segundo, presidente no ejecutivo.

Ahora bien, todo esto está muy bien pero, como adelantó Hispanidad, al Banco de España no le satisface plenamente. En Cibeles, y en Fráncfort, quieren bancos mucho más grandes (como si eso les fuera a hacer mejores). Y lo cierto es que el banco Unicaja+Liberbank no alcanza esa categoría. Es más, solo llega a ser la mitad que el Sabadell. Efectivamente, el Banco de España quiere una fusión a cuatro entre Unicaja, Liberbank, Ibercaja y Abanca.

La situación también se pone interesante en la parte alta de la tabla, con dos opciones abiertas: Sabadell-Bankia o BBVA-Bankia. La primera la quiere Oliu y la segunda, Goiri. El Gobierno, ni confirma ni desmiente. Torres, por su parte, no sale de la digitalización, como demostró esta semana en el IESE. Habló de las aplicaciones del banco, del sistema de trabajo y de la regulación desigual de los Facebook y compañía, pero nada o casi nada del negocio bancario.