El fondo soberano de Noruega y el mayor del mundo también ha notado la crisis en 2022. Y es que ha registrado unas pérdidas de casi 152.000 millones de euros, siendo las mayores desde 2008, cuando se vivió la última gran crisis financiera antes de que años después llegará el Covid y sus consecuencias.

A Norges Bank Investment Management, que tiene participaciones superiores al 3% en cinco empresas del Ibex (Iberdrola, Cellnex, Repsol, Banco Santander y Solaria) y por debajo de ese porcentaje en otras, le pasaron factura demasiadas cosas: la inflación, la subida de los tipos de interés, la guerra en Ucrania y la fuerte corrección bursátil del sector tecnológico. Estos tres primeros aspectos han sido referidos por su CEO, Nicolai Tangen, quien ha explicado que todo ello “afectó negativamente tanto al mercado de renta variable como al de renta fija al mismo tiempo, lo que es muy poco habitual. Todos los sectores del mercado de renta variable tuvieron rendimientos negativos, con la excepción de la energía”.

El fondo soberano es el mayor beneficiario del mundo de compañías que cotizan en bolsa, pero ha visto reducida la rentabilidad de sus inversiones un 14,1%. Eso sí, ha destacado que su rendimiento ha sido un 0,88% superior al del índice de referencia y ha sido equivalente a 10.939 millones. Su cartera de renta variable, que supone el 69,8% de su exposición inversora, se vio afectada por la inflación y la subida de tipos (la cual también elevó el coste de los créditos), presentando una caída del 15,3%; y en la de renta fija (27,5% de sus inversiones) el retorno negativo fue del 12,1%. Descensos que contrastan con las rentabilidades positivas en inmobiliarias no cotizadas (+0,1%) y en infraestructuras renovables no cotizadas (+5,1%). Además, la corona noruega se depreció frente a las principales divisas, algo que elevó el valor del fondo en 59,.518 millones, hasta 1,15 billones de euros.