Lo primero es la valoración. En 2021, la empresa española líder del trasporte por carretera intentó sacar a bolsa el 25% del capital con una valoración entre 1.302 y 1.694 millones de euros. No lo logró y ahora la familia Conesa ha vendido el 49% de la compañía a Apollo, por 1.500 millones.

Es decir, el fondo ha comprado a mitad de precio, aproximadamente, que hace un año aunque también es cierto que el momento actual poco tiene que ver con la de 2021, con la huelga del transporte, los precios de los carburantes disparados, la inflación por las nubes, y todo con la incertidumbre que provoca la invasión rusa de Ucrania.

Pero vayamos al fondo de la cuestión, que es la propia entrada de Apollo en Primafrio para potenciar el crecimiento de la compañía durante los próximos años y apoyar su estrategia internacional. Hasta ahí, lo normal. ¿Se imaginan que Apollo dijera que compra para vender más caro y en el menor tiempo posible?

No lo dice, pero es lo que hacen los fondos como Apollo. Ese es su ADN y es lo que hizo en septiembre de 2013 cuando le compró Evo Banco al FROB por 60 millones de euros, atención, “con la intención de reforzarlo con un plan de negocio basado en las fortalezas de la entidad para que sea un banco estable e importante en el sistema financiero español”, afirmó entonces el fondo que, en realidad, hizo todo lo contrario: lo vendió a los cinco años -el plazo mínimo de permanencia que había acordado con el FROB- tras realizar cuatro EREs en cuatro años. Al final lo compró Bankinter, junto a la filial de crédito al consumo en Irlanda (Avantcard), por 65,8 millones.

Ese es Apollo, el fondo de Leon Black, precursor del ‘loan to own’, ya saben, comprar la deuda de una empresa para luego forzarla a renegociar esa deuda al alza, naturalmente. Si la empresa pagaba, ganaba Black, y si no podía hacerlo, también ganaba porque se quedaba con la compañía.

El caso que nos ocupa se diferencia en que la familia Conesa mantiene el control de la sociedad (51%), así como la gestión, con Juan Conesa como presidente y José Esteban Conesa como CEO. En cualquier caso, vender el 49% a Apollo es meter a la zorra en el gallinero.