Lo cierto es que somos el país con más parados de todo Occidente (de los 38 miembros de la OCDE) y de toda Europa (los 27 países miembros de la Unión Europea). Todo ello tras la bonísima Reforma Laboral de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. 

En este contexto y porque Díaz siempre quiere superarse, prepara su nueva Reforma Laboral: subida del salario mínimo interprofesional, aumentando en la misma medida las cotizaciones sociales, claro está, encarecimiento del despido, cuando ya es el más caro de Europa, y reducción de jornada laboral.

Pero como el dato de desempleo español no es suficiente para que el Gobierno se replantee sus medidas en el mercado laboral, Fedea ha difundido este lunes un estudio en el que asegura que la Reforma Laboral, si bien impulsó un alza en la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, también ha elevado la "mortalidad" de los contratos indefinidos ordinarios, por tanto, anque se hagan más contratos de esta modalidad, su duración es menor. 

De acuerdo con las conclusiones de Fedea, la reforma laboral ha sido "muy eficaz" en la reducción de la tasa de temporalidad "contractual", pero no ha sido igual de efectiva en acabar con la precariedad o inestabilidad laboral o en la reducción de la tasa de temporalidad "empírica".

Y es que, según señala Fedea, la estrategia de la reforma se ha ceñido a restringir "drásticamente" el recurso de los contratos temporales o de duración determinada pero no ha hecho ninguna variación de "la flexibilidad de los contratos indefinidos ordinarios", que se han convertido en el coladero para que la precariedad laboral siga igual que siempre.

"Sin embargo, para evitar una disminución de la flexibilidad global del sistema, la reforma ha fomentado el uso de otras variantes de contratos indefinidos que ofrecen menos estabilidad, como el contrato fijo-discontinuo. Estos contratos, a pesar de ser etiquetados como indefinidos, no ofrecen el mismo nivel de seguridad laboral a los trabajadores que los contratos indefinidos tradicionales", avisa Fedea.

Para Fedea, la estabilidad laboral sigue exactamente igual que antes, así, tras la reforma se "replica casi exactamente la situación anterior en términos de estabilidad laboral para los trabajadores", pues se mantienen los patrones diarios de creación y destrucción de afiliados a la Seguridad Social.

"Es decir, en términos agregados, el mercado laboral no muestra los cambios que a priori cabría esperar en la duración del empleo como resultado de la disminución del empleo temporal", advierte Fedea.