No nos cansaremos de insistir: la crisis actual no es bancaria, sino de deuda, es decir, su origen es el desmesurado gasto público de los gobiernos que, como el de Pedro Sánchez, lo ha financiado -y sigue haciéndolo- con deuda pública. Cuando los tipos de interés eran cero o negativos, no pasaba nada, pero ahora que han subido y la deuda se ha encarecido, la situación se ha vuelto de color de hormiga. Porque recuerden que las deudas, también la pública, hay que pagarlas.

Chirstine Lagarde tenía este jueves dos opciones y ha optado por la más valiente: seguir la hoja de ruta prevista y subir los tipos un 0,5%, hasta el 3,5%, es decir, se lo ha puesto fácil a los bancos y difícil a los gobiernos. A los bancos porque viven de prestar dinero y les viene bien -¡qué horror!- que suba el precio de su materia prima.

Eso ha sido así toda la vida, y por eso ha llamado la atención la intervención de algunos analistas -por ejemplo, en TVE- asegurando que la subida de tipos pone en riesgo a la banca. No, lo que pone en riesgo -y ya era hora- es la descomunal deuda pública del gobierno Sánchez, que tiene que pagar cada vez más intereses por ella. Prepárense para escuchar todo tipo de descalificaciones hacia Lagarde en los próximos días. De momento, algunos ya la han calificado de “arrogante”.

En cualquier caso, y por si el pánico inunda el sector bancario que mira con recelo a EEUU, Lagarde ha anunciado “apoyo de liquidez” “si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria”. En pocas palabras: estamos ante una crisis de deuda, que no bancaria, y estos pueden estar tranquilos: en caso de retirada masiva de fondos -el miedo es así de irracional- el BCE tiene preparado el remedio.

Relacionado

Por cierto, lo de Credit Suisse no tiene nada que ver con lo del SVB. La entidad suiza llevaba ya muchos trimestres en la picota -mala gestión, litigios…- y ha precipitado los acontecimientos por el ‘efecto miedo’ de EEUU.

En definitiva, Lagarde ha hecho lo que tenía que hacer: subir los tipos para intentar bajar la inflación, que “se va a mantener muy alta por demasiado tiempo”, según la presidenta del BCE. En Fráncfort prevén que la inflación media de la Eurozona en 2023 será del 5,3% (frente al 6,3% calculado en diciembre), del 2,9% en 2024 (frente al 3,4% anterior) y del 2,1% en 2025 (frente al 2,3% anterior). Recuerden que el objetivo del BCE es el 2%.

En cuanto al crecimiento económico en la zona euro, alcanzará el 1% en 2023 (frente al 0,5% calculado en diciembre), el 1,6% en 2024 y 2025 (frente al 1,9% y el 1,8% anterior, respectivamente).

Insistimos: la subida de tipos se lo pone difícil a Sánchez, que sigue aumentando la deuda pública para sufragar su carísima y enloquecida política económica, consistente en repartir subvenciones millonarias y disparar el gasto en pensiones. ¿Cómo lo va a pagar si el BCE encarece la deuda pública subiendo los tipos? Con más impuestos.

Porque la otra opción, reducir el gasto público, no entra en su cabeza.