Es el engaño del sanchismo para todos los años, engaño de la izquierda, que vende el aumento de salarios como un gran mérito mientras continúa aumentando la recaudación por cuotas. El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es un gran invento, En efecto, el Estado no debe decirle al empresario cuánto debe cobrar un obrero, con una única excepción: el salario mínimo, el básico, a partir del cual se indicia el resto de sueldos.

Ahora bien, ahí empieza el engaño especialmente con un Gobierno tan demagogo como el actual, rebosante de sofistas. Y el mayor de todos esos sofistas es doña Yolanda Díaz, vicepresidenta comunista de Sánchez.

La vicepresidenta ha propuesto, o sea, ordenado, que el SMI suba un 8,2%, como la inflación, hasta los 1082 euros brutos -ojo, brutos- al mes por 14 pagas -ojo, no por 15- pero, atención, con la consiguiente subida paralela de las cuotas sociales que abona la empresa. Y se trata de las cotizaciones más altas de Europa.

De entrada, con 1082 euros (insisto, brutos) no se sostiene una familia. Además, las empresas debe abonar las crecientes cotizaciones que aumentan los costes laborales. De entrada, antes de suprimir las cotizaciones sociales y financiar las pensiones con IVA (de hecho, en buena parte ya se hace, que el déficit de la Seguridad Social acaba de superar los 100.000 millones de euros) empecemos por suprimir las cotizaciones sociales para salarios bajos y, desde luego, para el salario mínimo. 

Pero no: con una caradura insigne, doña Yolanda ha creado un grupo de expertos, cuyos componentes ella misma decide, para decidir cuánto debe subir el SMI. Con una racanería espeluznante -para el SMI- los expertos le han propuesto una horquilla de posible subida y, naturalmente, más sofismas, doña Yolanda Díaz ha escogido, el vértice mayor de la horquilla, el 8,2%... que sigue proporcionando un salario de miseria pero que a ella le hace quedar de rechupete en términos porcentuales: una subida del 8,2%. Recuerden siempre que ante los engaños estadísticos conviene recordar que el doble de 1 céntimo sólo son dos céntimos pero no se deja de espectacular en términos porcentuales.

El salario mínimo debe debe subir mucho más. 1.082 euros brutos al mes por 40 horas de trabajo sólo puede pagarse a quien se incorpora a un trabajo y de forma temporal para luego subirle el sueldo. Pero el problema el empresario para pagar más son las cuotas que paga y las retenciones del IRPF que también abona (todo sale de la empresa)... y que no cobra el obrero, sino doña Yolanda Díaz y don José Luis Escrivá

Suprima usted las cuotas y ponga un mínimo más alto para empezar a computar el IRPF. Eso sí, sería una política laboral justa y España dejaría de ser una país de salarios bajos. ¿Por qué no lo hacen? Pues porque así se empequeñecería el Estado. Es decir, el Gobierno. 

Eso sí: todo lo dedican al pueblo, doña Yolanda y don José Luis.