En la fría mañana del martes 24, Enagás ha publicado los resultados a cierre de los primeros nueve meses, cuyas principales magnitudes serán analizadas a continuación, si bien antes pasaremos a comprobar qué impacto han tenido en el mercado. ¡Sorpresón!: la cotización del grupo gasista se ha llegado a incrementar a media mañana en un 3,90%, claro que el entusiasmo se ha moderado ligeramente en horas posteriores al 2,4%. El fuerte subidón inicial resulta bastante inquietante. No dudamos de la bondad de los resultados, pero dado el "descalabro" continuado de la cotización de empresas del sector energético, incluso este martes (entre ellas, lo han sufrido Repsol y Endesa, mientras Naturgy, Acciona Energía y Solaria se han movido bastante al alza), mucho nos tememos que las razones de un incremento tan abultado del precio de la acción de Enagás se deben más a motivos “extradeportivos”. Agenda 2030 al acecho. En fechas muy próximas a la publicación de estos resultados, la compañía se ha posicionado como un impulsor de la ruina del hidrógeno verde (que a día de hoy no es rentable por sus elevados costes) en España, siendo parte del promotor del proyecto europeo de energía H2Med, el futuro hidroducto al que recientemente se ha sumado el operador gasista alemán OGE. Ya saben, fuentes de energía verdes y Europa, dos características que suenan muy bien para el mercado y que son capaces de sobreponerse a la guerra en Israel y a la más que previsible crisis del petróleo que se avecina. Después del análisis de este “populismo”, retomemos el análisis técnico de las cifras que ha presentado la compañía que preside Antonio Llardén y tiene como CEO-primer ejecutivo a Arturo Gonzalo.

La facturación, ingresos totales, a cierre del tercer trimestre ha descendido un 5,9% respecto al mismo período de 2022, siguiendo así la senda decreciente observada en iguales términos comparativos entre el primer trimestre de los mismos períodos. Ya saben que la cifra de ventas desde 2021 se ha visto gravemente afectada por la entrada en vigor del marco retributivo 2021-2026, cerrado tras la publicación de la circular 8/2020 de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Lo de siempre, argumento repetitivo que el grupo menciona cada vez que puede. Sin embargo, a poco que observemos, el impacto de la circular no ha sido el único motivo del descenso de la facturación: hemos podido vislumbrar que el decremento entre el tercer trimestre de 2023 y el mismo periodo de 2022 ha sido superior respecto a la comparativa entre el tercer trimestre de 2021 y el de 2022. Es decir, algo está pasando, y no bueno, aunque Enagás esté inmerso en proyectos de energía verde (ya saben que Arturo Gonzalo es un fiel discípulo verde de la vicepresidenta ecológica, ahora en funciones, Teresa Ribera).

Enagás ha desplomado sus ingresos al cierre del tercer trimestre en aproximadamente un 52% acumulativo, en dos años. Que mal nos sienta la regulación en España, miren, en eso estoy de acuerdo con el grupo, aunque ya hemos visto que la mala gestión de los recursos ha sido evidente

Este descenso en la cifra de ventas se ha visto reflejado sobremanera en el beneficio después de impuestos, que lejos de aumentar entre períodos, disminuye cada vez más. En concreto, este ha bajado un 26,7%, lo que supone un 5% más de descenso que lo analizado en iguales términos comparativos respecto al primer trimestre, pasando de 353,4 millones de euros (M€) a 258,9M€. Este descuento del beneficio resulta especialmente llamativo, ya que entre el tercer trimestre de 2022 y el mismo de 2021, fue de un 25%, es decir, por tanto, Enagás ha desplomado sus ingresos al cierre del tercer trimestre en aproximadamente un 52% acumulativo en dos años. Que mal nos sienta la regulación en España, miren, en eso estoy de acuerdo con el grupo, aunque ya hemos visto que la mala gestión de los recursos ha sido evidente. Así lo evidencia como veremos, la evolución negativa de la cifra de ebitda de Enagás.

Analizando de manera breve la capacidad de generar recursos del grupo al cierre del tercer trimestre, mediante el ebitda, la disminución ha sido del 5,5%, pasando de 605,1M€ a 572,0M€. Tal y como podemos observar, el ebitda se ha reducido en términos comparables en un porcentaje muy similar al de las ventas, lo cual es un fiel indicativo de que el grupo gasista ha mantenido sus costes de explotación o incluso ha disminuido los mismos ya que al ser estos muy inferiores, la principal afectación de la cifra proviene de la disminución de los ingresos. El gasto de personal de Enagás ha bajado en un 6,1%. Asimismo, la partida de otros gastos de explotación ha disminuido en un 7,6%, de 158M€ a 146M€. Es decir, los gastos operativos se han reducido entre períodos en un 7%, lo que es digno de alabar cuando descienden de igual manera los ingresos, pero claro cuando dichos gastos son aproximadamente de un 35% de los ingresos, cuando descienden tus ingresos sobremanera entre períodos, como ha ocurrido, “está todo el pescado vendido” en términos de ebitda.

El grupo ha disminuido de manera considerable su liquidez (-43,61%), pasando de 1.467,9M€ a 827,7M€, principalmente por el descenso importante del ebitda y las importantes desinversiones afrontadas 

En relación con la evolución de la deuda neta, Enagás ha continuado disminuyéndola, al igual que vimos en el análisis comparativo de sus resultados del tercer trimestre de 2022 y 2021. Sin embargo, como veremos, no ha ocurrido de igual manera con el coste financiero de la misma, pero estén tranquilos, el incremento acaecido debido al actual panorama de tipos de interés no ha afectado enormemente al grupo, ya que el 80% de su deuda está referenciada a tipo fijo. En concreto, la deuda neta ha decrecido un 1,8%, hasta situarse en los 3.406M€ a cierre de septiembre. De manera contraria, el coste financiero de la deuda ha aumentado desde el cierre del ejercicio 2022 hasta el cierre del tercer trimestre de este año en un 53%, situándose en un 2,6%. Bendita deuda a tipo fijo, que bien viene a veces dormir tranquilo por las noches.

Para ir finalizando, tratemos de manera breve la capacidad de generar liquidez de Enagás reflejada en su estado de flujos de efectivo. El grupo ha disminuido de manera considerable su liquidez -efectivo y otros medios líquidos equivalentes al final del período- entre el tercer trimestre de 2022 y el mismo de 2023, pasando de 1.467,9M€ a 827,7M€, lo que supone un decremento importante del 43,61%. Ello provocado principalmente por dos factores: un descenso importante del ebitda y las importantes desinversiones afrontadas (estas le originaron un flujo positivo de inversión de su negocio internacional por importe de 637,7M€ al cierre de los nueve primeros meses de 2022, pero en el mismo periodo de este año este flujo ha sido negativo de 93,9M€).

Como conclusión, el grupo gasista ha tenido una evolución muy negativa de las principales magnitudes que componen su cuenta de resultados. Sin embargo, su cotización ha aumentado y también ha tenido un buen mes en el parqué, algo que sorprende en plena guerra en Israel y el más que previsible problema con la energía en el muy corto plazo, ¿explicación? Populismo inútil y Agenda 2030.