Inteligencia Artificial: no es que la máquina no tenga sentimientos, es que no puede hacer juicios de valor
NetDragon Websoft, compañía china especializada en videojuegos y en la creación de comunidades en internet, ha nombrado directora general a la Sra. Tang Yu, un robot con inteligencia artificial que tendrá, como uno de sus principales objetivos, la generación de un ambiente de trabajo justo entre los empleados.
El que probablemente está más satisfecho por este nombramiento es el presidente y fundador de la compañía, Dejian Liu. Escuchen: “Creemos que la IA (inteligencia artificial) es el futuro de la gestión corporativa, y nuestro nombramiento de la Sra. Tang Yu representa nuestro compromiso de realmente adoptar el uso de la IA para transformar la forma en que operamos nuestro negocio y, en última instancia, impulsar nuestro crecimiento estratégico futuro”.
Tang Yu ejerce como directora general desde el mismo día de su nombramiento, el 26 de agosto. No tuvo que avisar a nadie, ni consultarlo con su familia. Es un robot, una ventaja para su presidente, que tampoco tendrá excesivos problemas para prescindir de sus servicios. Ni preaviso ni indemnización, bastará con apagarlo. Aunque, quién sabe, tal vez en ese momento el lobby feminista cargue contra él por tratarse de ‘una’ robot. Es lo que sucede cuando te sumerges en la necedad.
Dejian Liu, en cualquier caso, desborda optimismo: “De cara al futuro, seguiremos ampliando nuestros algoritmos detrás de Tang Yu para construir un modelo de gestión abierto, interactivo y altamente transparente a medida que nos transformamos gradualmente en una comunidad de trabajo basada en el metaverso, lo que nos permitirá atraer una base mucho más amplia de talentos en todo el mundo y nos pondrá en condiciones de alcanzar objetivos más grandes”, afirmó.
Tang Yu lleva apenas una semana y media al frente de NetDragon y no le ha dado tiempo a desplegar todo su potencial que, seguro, es enorme. Lástima que sea un robot. Habrá que ver cómo afronta la negociación sindical, la subida salarial, o los turnos de vacaciones de sus subordinados. Si le sale bien, tal vez exija un ascenso, por ejemplo, a presidenta ejecutiva. Dejian debería estar alerta.