“Podría decir que siempre he querido ser gestora de fondos de inversión, pero la verdad es que mi vocación fue creciendo …al darme cuenta de cómo las pequeñas empresas que conforman el tejido industrial español son las que influyen directamente en el crecimiento de nuestra economía”.
Reflexión y punto de partida de esta entrevista que hemos realizado a Lola Jaquotot, gestora Senior de Renta Variable en Finaccess Value, que después de 20 años largos de profesión asegura sentir, por la gestión de activos, “auténtica pasión”.
Jaquotot define este 2025, del que apenas queda un mes para que eche el cierre, como “un año complicado” que ha sorprendido “por la excelente evolución de la renta variable en la práctica totalidad de los mercados”, cuando “tras la elección de Trump y la puesta en marcha de su agresiva política arancelaria, esperábamos que los mercados estuvieran marcados por una mayor volatilidad”.
Ahora, y en un momento en el que la complacencia que reinaba en los mercados comienza a flaquear, esta experta asegura que, a corto plazo, la Inteligencia Artificial puede generar tensiones por la brecha entre expectativas y realidad. “De ahí la importancia de escoger compañías cotizadas, que generen caja y beneficios y que sus valoraciones sean razonables ajustadas al crecimiento esperado”.
A la pregunta de si esta corrección deja unas bolsas más atractivas para 2026… responde que algunos de los riesgos que estaban sobre la mesa hace un mes han desaparecido o están en vías de hacerlo, para enfatizar que “un año tan positivo como el actual, es difícilmente replicable”.
Lola, bienvenida a esta sección de entrevistas.
-Veinte años de profesión que se resumen ¿en?
Preguntar, escuchar y aprender. Como dice Ray Dalio “Creo que tener preguntas es mejor que tener respuestas, porque éstas conducen a un mayor aprendizaje”. Empecé mi carrera profesional como analista y gestora de renta variable en prácticas en una gestora de fondos. A medida que iba aprendiendo a analizar una empresa, me di cuenta de cómo las empresas que conforman el tejido industrial de un país son las que influyen directamente en el crecimiento de nuestra economía. Tuve la suerte de formar parte de un gran equipo de gestión, junto con Alfonso de Gregorio y David Ardura, con los cuales sigo trabajando después de 20 años y a los que debo gran parte de lo que soy ahora. La gestión me ha proporcionado la gran satisfacción de dedicarme a aquello que me gusta y por lo que siento auténtica pasión. Te permite estar en constante aprendizaje y gestionar tus emociones en época de crisis, las cuales no han sido pocas en toda mi carrera.
-Y, con esa experiencia a sus espaldas, ¿cómo define este 2025 que vamos camino de cerrar?
Año complicado, pero cuándo no. Este año 2025 nos ha sorprendido la excelente evolución de la renta variable en la práctica totalidad de los mercados. Pero, para entender estas rentabilidades, hay que entender indefectiblemente el efecto divisa. La moneda euro, que es la que nos importa a los inversores europeos cuando invertimos en otras regiones, prácticamente se ha apreciado contra todos sus pares, a excepción del real brasileño. Contra el dólar, que es la moneda más predominante dentro del índice mundial, se aprecia alrededor del 13%. Y es que la agresiva política arancelaria de Trump, y su impacto directo en la inflación norteamericana, generaron dudas sobre el crecimiento económico, con un impacto directo en la devaluación del dólar.
En renta fija, ha sido un año excelente para todo lo que tiene que ver con deuda privada (invesment grade, high yield y subordinados) con unos diferenciales de crédito en mínimos, fruto de la elevada liquidez que hay en el sistema
Vuelve a ser un año, con grandísimas dispersiones a nivel sectorial. Vuelven a liderar las subidas en el año el sector bancario, defensa, utilities y tecnológicas norteamericanas, mientras que los sectores más defensivos como salud, consumo básico y alimentación siguen rezagados frente a los índices con rentabilidades muy modestas e incluso negativas.
En renta fija, ha sido un año excelente para todo lo que tiene que ver con deuda privada (invesment grade, high yield y subordinados) con unos diferenciales de crédito en mínimos, fruto de la elevada liquidez que hay en el sistema y que ha seguido premiando el apetito por el riesgo tanto en la renta fija como en la renta variable.
-Cuando empezó 2025, Lola Jaquotot estaba convencida (más o menos) de que… y sin embargo…
Esperábamos que, tras la elección de Trump y la puesta en marcha de su agresiva política arancelaria, los mercados estuvieran marcados por una mayor volatilidad y que los datos de inflación y los márgenes de las empresas se vieran, quizás, más impactados. La rápida ejecución y llegada de acuerdos por las partes implicadas (a la espera de cómo se diriman las negociaciones con China) con unas condiciones mejores de lo previsto en un primer momento, han contribuido de manera decisiva al buen comportamiento de los índices. También nos ha sorprendido positivamente, los buenos resultados que, en términos generales, han presentado las empresas a pesar de lidiar con una mayor incertidumbre y unos crecimientos económicos más débiles. Especialmente llamativo ha sido el sector bancario donde han conseguido compensar un entorno de menores tipos de interés con un incremento de los volúmenes, comisiones y recorte de costes.
-Titular del ultimo comentario de mercados de Finaccess: “La envidia es una declaración de inferioridad”, Napoleón Bonaparte. Un comentario previo a la publicación de los resultados de Nvidia. ¿Cómo lo interpretamos?
Al margen de la frase, con lo que me quedaría es que los mercados a veces están cegados y no ven más allá. Hasta ahora, Nvidia era un cuasimonopolio en el tema de la IA, algo que puede estar cambiando. Según noticia reciente, Meta está estudiando comprar chips de IA a Google para incorporarlos a sus centros de datos a partir de 2027. Y es que, Alphabet ha avanzado mucho en los modelos de procesamiento gráfico y ofrece ventajas en precio, rendimiento y eficiencia frente a Nvidia. Parece que el monopolio comienza a convertirse en un oligopolio y así pude haberlo visto también Berkshire Hathaway (el vehículo inversor de Warren Buffett) que anunció hace una semana la compra de 5.000 millones de dólares en acciones de Alphabet. Aunque por el momento sólo ha metido la patita (0.13% de la capitalización de Alphabet) lo vemos significativo.
Especialmente llamativo ha sido el sector bancario donde han conseguido compensar un entorno de menores tipos de interés con un incremento de los volúmenes, comisiones y recorte de costes
-Y…Nvidia publicó sus cuentas, pero hubo dudas. ¿Por qué?
Los buenos resultados de Nvidia que conocimos la semana pasada batiendo, una vez más, a las estimaciones de los analistas, no sirvieron en un primer momento para calmar las aguas. De hecho, estamos viendo que para el mercado ya no vale todo en este sector, Así, la empresa japonesa Softbank ha perdido en apenas unos días un tercio de su capitalización después de conocerse que vendió su participación en Nvidia para centrarse en OpenAI, lo que está generando dudas al tratarse de una empresa que todavía no genera beneficios. Y creo que aquí está el problema, las valoraciones de algunas compañías que aún no generan beneficios están disparadas y, las expectativas de crecimiento que tienen los inversores son tan elevadas que, a la más mínima decepción, podría acarrear grandes correcciones. El ecosistema generado entorno a la IA es tan grande en términos monetarios y abarca un sinfín de empresas asociadas, desde centros de datos, infraestructuras en redes eléctricas, fabricantes de semiconductores, etc, por lo que la magnitud de una corrección puntual podría escalarse exponencialmente.
-El problema del sector de la IA, ¿son las valoraciones o los retornos de las inversiones?
Vemos cuestionables las valoraciones de las compañías que tienen como único modelo de negocio la Inteligencia Artificial pero no las del ecosistema que se desarrolla alrededor de esta tecnología (Nvidia, ASML, Microsoft, Alphabet). Es importante escoger compañías “cotizadas”, con elevada generación de caja, beneficios y balances saneados que ya lo están monetizando (y lo seguirán haciendo en el futuro), que no están sujetas a esas dudas al tener caja positiva y elevados beneficios en la actualidad. Además, la rentabilidad sobre recursos propios (medido por el ROE) son elevadísimas (ASML tiene ROE del 45%) y el beneficio crece por encima del doble dígito, pero lo más importante la elevada cartera de pedidos que presentan que cubren varios años de actividad. Los números a los que cotizan es alto, pero no excesivos si se ajustan por crecimiento. Un factor importante y que no debemos obviar es la alta volatilidad de estas compañías. Pero si los fundamentales acompañan a las valoraciones, las caídas se quedan en correcciones y terminan por recuperarse.
La empresa japonesa Softbank ha perdido en apenas unos días un tercio de su capitalización después de conocerse que vendió su participación en Nvidia para centrarse en OpenAI
-Los directores ejecutivos de las grandes tecnológicas no hablan de burbuja, pero sí de “elementos de irracionalidad”. Por ejemplo, Sam Altman (OpenIA) dijo que los inversores están “muy entusiasmados”.
Efectivamente, y es el caso de OpenAI, desarrolladora de IA como única actividad, que para su hipotética OPV en 2026 se ha pasado de una valoración de 300.000 millones de dólares en marzo a especular con otra de 1billon de dólares apenas seis meses después. Esta frivolización con las cifras es lo que introduce un temor lógico porque resultan difíciles de justificar con una perspectiva de corto plazo y aunque evitan la palabra “burbuja” si reconocen la “irracionalidad” y los riesgos potenciales asociados con las billonarias inversiones actuales en IA.
-Altman ha dicho también que los gobiernos no deben rescatar a las empresas IA que fracasen. Recordemos que OpenIA aún no ha obtenido beneficios y ha realizado fuertes inversiones.
Esta declaración se produjo después de que la directora financiera de OpenAI, Sarah Friar, sugiriera la posibilidad de que el gobierno de Estados Unidos respaldara sus préstamos de infraestructura, una especie de garantía estatal para abaratar costes, algo que generó mucha controversia, por lo que el ejecutivo se apresuró a aclarar que la empresa “no busca un rescate gubernamental”. Más allá del revuelo político, la cuestión de fondo sigue siendo cómo OpenAI planea financiar su colosal expansión, con compromisos de inversión de 1.4 billones para los próximos ocho años, algo que está generando dudas entre los inversores.
-En medio de este escenario, la complacencia que reinaba en los mercados, ¿comienza a hacer aguas?
A corto plazo, la Inteligencia Artificial puede generar tensiones por la brecha entre expectativas y realidad. De ahí la importancia de escoger compañías, como hemos comentado anteriormente, cotizadas, que generen caja y beneficios y que sus valoraciones sean razonables ajustadas al crecimiento esperado.
Vemos cuestionables las valoraciones de las compañías que tienen como único modelo de negocio la Inteligencia Artificial pero no las del ecosistema que se desarrolla alrededor de esta tecnología (Nvidia, ASML, Microsoft, Alphabet)
-La posibilidad de que los tipos de interés se mantuvieran como están durante más tiempo, ¿ha precipitado la corrección?
Es una de las razones, sin duda. Los mercados se están mostrando muy dependientes de la liquidez abundante y uno de los factores clave en el nivel de liquidez son los tipos de interés. Si los tipos de interés son más altos de lo que descuenta el mercado o no bajan a la velocidad que se espera, las condiciones de liquidez empeoran y afectan a los activos de riesgo.
-Pero ahora ha cambiado la percepción, ¿no es así?
Por el momento la Fed ya ha acometido dos bajadas de tipos y se espera una más para final de año, ya muy recogido por el mercado. Estamos a la espera de que la administración Trump proponga un nuevo presidente de la Fed, en principio, mucho más permeable a sus intereses (¿más bajadas de tipos?). Esto último contribuirá, sin lugar a duda, a generar más desconfianza sobre el dólar y podría seguir ahondando en su devaluación frente a las principales divisas mundiales (cosa que no le desagrada a Trump y que nunca lo ha escondido).

-Esta corrección, ¿deja unas bolsas más atractivas para 2026?
Algunos de los riesgos que estaban sobre la mesa hace un mes han desaparecido o están en vías de hacerlo, disputas comerciales entre EEUU y China, cierre de la administración americana, la frágil situación de paz en Gaza, imposibilidad de acuerdo en Ucrania…. Creemos que un año tan positivo como el actual es difícilmente replicable, sobre todo en sectores como el financiero y que los inversores tenderán a buscar rentabilidad en sectores que se han quedado atrás o muy atrás en los últimos años, como puede ser el farmacéutico, el de alimentación o el de consumo discrecional. Segmentos como el de pequeñas y medianas empresas, que pesar de las últimas subidas siguen cotizando con un gran descuento sobre el resto de mercado, podrían también empezar a ser valoradas, sobre todo en EE.UU. Recordemos que a este tipo de empresas, un entorno de menores tipos de interés les han beneficiado, históricamente, debido a que su estructura financiera depende más de los préstamos bancarios (frente a las grandes corporaciones), estimula el consumo y los préstamos personales (más dinero para gastar) operando en sectores más vinculados al consumo interno y aumenta la valoración de las empresas. También, una política arancelaria más agresiva, como la que ha establecido la Administración Trump, beneficia a las compañías de producción doméstica que es donde más peso tienen las pequeñas y medianas compañías.
Estamos a la espera de que la administración Trump proponga un nuevo presidente de la Fed, en principio, mucho más permeable a sus intereses (¿más bajadas de tipos?)
-Por cierto, ¿cómo lo están haciendo Lagarde y Powell?
La situación de Lagarde y Powell es muy diferente. Las decisiones del BCE han sido consecuentes con una economía que poco a poco ha ido rebajando sus cifras de inflación, permitiendo a Lagarde reducir los tipos de interés hasta el nivel lógico del 2% actual. Powell, por su parte, tiene un escenario mucho más complicado de gestionar. Su mandato dual le obliga a vigilar la inflación y el empleo, y aunque el empleo se está debilitando, la inflación sigue en el 3% y esto le obliga a ser prudente en su discurso sobre las bajadas de tipos. Las expectativas del mercado son mucho más agresivas que las de la Fed y esto, normalmente, acaba en volatilidad para la renta fija y para el resto de los activos de riesgo. Es uno de los factores a vigilar para los primeros meses de 2026.
-¿Qué le inquieta más, el impacto de la inteligencia artificial o la alerta sobre los riesgos de la deuda?
Ahora estamos en ese momento, común a todas las tecnologías disruptivas, en el que las expectativas están muy altas y se dispara la inversión. A medio plazo expectativas y retornos convergerán, puesto que la IA es transformadora y, como sucedió con la aparición de internet, las estimaciones previas pueden incluso quedarse cortas, pero quizás no sea algo tan inmediato como descuenta el mercado, y tan generalizado como estamos viendo. Hay que ser selectivos.
Sin embargo, el abuso de la deuda por parte de los Estados sí amenaza con convertirse en estructural. Estamos asistiendo a un proceso en el que vemos, con alarmante normalidad, que gran parte de los países desarrollados se muevan con déficits elevados de manera casi permanente y que sus ratios de deuda sobre PIB se incrementen año tras año. Quizás lo peor sea que pocos países cuenten en sus perspectivas con equilibrarse fiscalmente. Estos déficits estructuralmente altos y ese nivel de deuda creciente convierten a estos países en peores deudores y tiene consecuencias en forma de tipos de interés más altos y pérdida de confianza en sus respectivas divisas. A largo plazo supone, en nuestra opinión, un problema mucho más grave que la IA.
El bono a diez años japonés está ya en su nivel más alto desde 2008 (reflejando el nerviosismo de los inversores) y tiene importantes implicaciones para otros mercados, puesto que los tipos más altos en Japón pueden llevar a este país a repatriar parte de sus inversiones en el extranjero
-Y…, hablando de deuda, ¿no estamos perdiendo de vista a Japón y a su primera ministra? Su primer gran anuncio ha sido un enorme paquete de estímulos por 135.400 millones de dólares
Es conocido que Japón enfrente problemas estructurales y desafíos importantes que abarcan aspectos económicos y sociales. El país lidia con un estancamiento económico persistente, una deuda pública elevada y un declive demográfico que se traduce en una grave escasez de mano de obra. Y recientemente, las preocupaciones por la inflación han aumentado. Desde que entró la nueva primera ministra, Sanae Takaichi, el mes pasado está generando cierta controversia. Se ha peleado con China (por las tensiones con Taiwan) y acaba de aprobar un paquete de estímulo de 135.000 millones de $ para recuperar la economía. Este paquete supone subsidios energéticos a las familias, cheques de 20.000 yenes por niño y medidas como subir el umbral de los impuestos, y estímulos para el sector de semiconductores e IA.
Esto debería ser bueno para la economía y la bolsa japonesa, pero este paquete de estímulos hay que financiarlo y pone en duda la sostenibilidad fiscal de una economía que tiene una deuda que supone el 216% de su PIB. Ante esto el bono a diez años japonés está ya en su nivel más alto desde 2008 (reflejando el nerviosismo de los inversores) y tiene importantes implicaciones para otros mercados, puesto que los tipos más altos en Japón pueden llevar a este país a repatriar parte de sus inversiones en el extranjero. Ahora mismo, el bono a diez años japonés paga más que el 10 años americano, una vez aplicada la cobertura a yenes.
-Parece que hay preocupación entre los inversores por esta política de Takaichi hacia el aumento del gasto público y que esto pueda afectar a las finanzas de Japón, ¿qué opina?
Los recientes datos de inflación conocidos reflejan preocupación por los niveles que se están dando, tal y como se han visto reflejados en las actas del Banco de Japón, y sugieren que una subida de tipos de interés podría estar cerca. Japón ya tiene la mayor deuda pública entre las economías desarrolladas por lo que una mayor emisión de bonos para financiar un estímulo masivo agrava los temores sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo. El aumento de salarios y la depreciación del yen son los principales motivos para que el Banco de Japón decida moverse hacia una política monetaria más restrictiva en el corto plazo. Sin embargo, una subida de tipos de interés contrarrestaría el impacto de la política fiscal expansiva que el Gobierno pretende llevar a cabo, jugando a favor de su moneda, pero en contra de las bolsas.
2026 será, en general, un año de menor crecimiento. La madurez del ciclo se dejará sentir en la mayoría de las economías, con la excepción de Alemania, donde el crecimiento debería ser sensiblemente mayor el año que viene
-En esta situación, ¿qué podemos o debemos comprar? ¿dónde deben estar los inversores?
2026 será, en general, un año de menor crecimiento. La madurez del ciclo se dejará sentir en la mayoría de las economías, con la excepción de Alemania, donde el crecimiento debería ser sensiblemente mayor el año que viene, dado el impulso fiscal del medio billón de euros que va a inyectar el país germano a su economía. Si descomponemos de dónde va a venir el crecimiento el próximo año nos encontramos con que el estímulo fiscal estimulará el crecimiento del sector público, pero también el del consumo privado, donde los alemanes mantienen una tasa de ahorro superior al 10% y, por lo tanto, tienen recorrido para poner ese ahorro a funcionar. Y todo esto, en un entorno de inflación controlada y elevada liquidez en el sistema, es propicio para que los beneficios empresariales continúen sostenidos y, por ende, la renta variable. Creemos que los inversores tenderán a buscar rentabilidad en sectores que se han quedado atrás o muy atrás en los últimos años, como puede ser el farmacéutico, el de alimentación o el de consumo discrecional. Y en el mercado norteamericano, no hay que obviar que presenta niveles muy altos de concentración en unos pocos nombres y además las valoraciones son muy altas, donde la gestión pasiva o inversión en ETFs han sido los grandes causantes de este suceso. Ante esto, y tratando de no seguir las modas, pensamos que, hoy más que nunca, hay que dejar mucho más hueco a la gestión activa, que es la que siempre hemos defendido en nuestras carteras.
-Por ejemplo, ¿en alguno de los fondos que gestiona Finaccess?
En este sentido nos gustaría destacar nuestro fondo, Finaccess Compromiso Social, fondo de renta variable europeo con un sesgo hacia la inversión de impacto social, que aúna por un lado, la inversión en sectores que se han quedado algo más rezagados este año como pueden ser cuidado personal, saludo y consumo básico, pero que siguen presentando buenas expectativas de beneficios y altas rentabilidades y, por otro lado, sectores que se siguen viendo beneficiados por el viento a favor que tienen ciertas compañías europeas ligadas al plan de inversiones de Alemania como son las infraestructuras, construcción y electrificación de la economía.
-¿Cuál de ellos les ha proporcionado mayores satisfacciones a estas alturas del año?
Finaccess Estrategia Dividendo Mixto Renta Variable, que este año ha conseguido la máxima calificación en base a rentabilidad-riesgo. Es un fondo mixto global que se ha beneficiado, por un lado, del escenario de bajada de tipos este 2025, aprovechando las duraciones cortas en bonos corporativos de grado de inversión y las oportunidades que nos ha dado los movimientos de la curva de tipos de deuda pública tanto en Europa como en EEUU, así como la sobreponderación en renta variable europea a principios de año, en sectores como defensa e industriales, para luego ir rebajando este peso e incrementando en el mercado estadounidense en esta segunda parte del 2025. El fondo acumula una rentabilidad del 19% con una volatilidad (medida del riesgo) inferior al 8% y se sitúa en los primeros puestos de su categoría con 5 estrellas Morningstar.
A Alfonso de Gregorio y David Ardura, con los cuales sigo trabajando después de 20 años, les debo gran parte de lo que soy ahora
-¿Y cuál les ha hecho fruncir el ceño?
El haber estado infraponderados en bancos, sobre todo en los bancos españoles.
-Por último, ¿podría poner nota a estos valores del Ibex 35? Telefónica, Inditex, Indra, IAG, Sabadell y BBVA.
Mejor que poner nota, algo que no me atrevo, prefiero destacar cuales son las que más nos gustan. Inditex, porque su modelo de negocio flexible (excelente relación calidad-precio, flexibilidad en las colecciones, aprovisionamiento de proximidad, canal logístico propio e integrado tecnológicamente, fuerte mercado online) le permiten obtener márgenes superiores a la competencia y difícilmente superables. Sabadell, que, tras la venta de su filial británica, TSB, simplifica su perfil de negocio, mejora la flexibilidad de capital y reorienta al grupo por completo hacia su franquicia nacional que se centra ahora exclusivamente en el negocio de banca minorista y pymes en España. A pesar de no cotizar barato, vemos alcanzables los objetivos de rentabilidad sobre capital y nos agrada el perfil de remuneración al accionista que presenta. Indra, destacamos positivamente su creciente exposición a defensa (con mayores márgenes), su mejora financiera y la ejecución de un plan estratégico ambicioso con alto respaldo de mercado. Se beneficia del fuerte ciclo de inversión en defensa en Europa (programas como Eurofighter, modernización del Ejército español, sistemas de mando y control, radares, ciberseguridad), con visibilidad de demanda a largo plazo. La probabilidad de renovaciones y ampliaciones de contratos es alta por el carácter estratégico de los sistemas (tráfico aéreo, defensa, seguridad, infraestructuras críticas), lo que refuerza la visibilidad de ingresos.










