La primera consecuencia de la guerra de Gaza es que el precio del gas y del petróleo suben. Ahora bien, ni tan siquiera se sabe a qué ritmo suben y como decía uno de letras, en qué dirección suben. Es decir, lo que pasa es que no sabemos lo que nos pasa.

Quizás por ello, José María Bonet, el capo de las cámaras de Comercio, un catalán moderado, que se siente orgulloso de ser español, ha sido el encargado de inaugurar el feroz ataque del estamento empresarial contra el Gobierno Sánchez que ha caracterizado el Congreso de directivos que ha tenido lugar hoy jueves en Granada, un Congreso en cuya clausura estuvo presente Nadia Calviño vicepresidente primera del Gobierno Sánchez. 

Se lo cuento de otra forma: los directivos empresariales, las antes llamadas tecno-estructuras, no aguantan a Pedro Sánchez. Uno de ellos manifestaba un sentir que empieza a ser general en el estamento empresarial: Sánchez odia a la empresa. Y alguno, más malicioso, añade: quizás porque en la empresa privada siempre fracasó y el presidente en funciones anda escocido. 

Ejemplos: Bonet asegura que lo que está salvando la economía española es el turismo, algo que nos viene dado.

Sánchez Llibre: el acuerdo PSOE-Sumar dinamita el diálogo social y supone una falta de respeto a los empresarios

Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE intenta enmendar su anterior legislatura, realmente floja y complaciente con el Sanchismo, con un ataque duro, muy duro a Moncloa, pero tampoco hizo falta porque tanto el presidente de Foment, la patronal catalana Sánchez Llibre, como el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, aportaron lo suyo. Ojo al dato: el presidente de Cepyme disparó a matar: los comunistas no saben gestionar. No estoy de acuerdo con su afirmación de que gobernar es gestionar, porque a mí no me gustan los 'gestiernos' pero cuando don Gerardo soltó aquello de que "los comunistas no saben gestionar", tembló el palacio de Congreso de Granada. Porque eso es lo que piensan la inmensa mayoría de los 2.000 directivos allí presentes: que Yolanda Díaz es una frívola hortera y que Sánchez es un superficial que odia a los empresarios y que, además, le importa un pimiento cómo marcha el país si continúa durmiendo en Moncloa. Esta claro que el divorcio entre Moncloa y el estamento empresarial no ha sido de mutuo acuerdo.

Pero quedaba el colofón del divorcio: el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, quien se va a pasar cuatro años de mandato rectificando su actitud complaciente con el Ejecutivo durante su primera legislatura, está que brama: de entrada ha calificado a Sánchez y a Díaz como 'populistas'. 

Y apostilla: "Nos dicen que lo van a hacer (la reducción de jornada) por ley pero dentro del diálogo social".

Y se explaya: reducir la jornada laboral... ¿y el coste por hora y el coste de Seguridad Social? Hacerlo por ley es populismo, propio de políticos que no han pasado por una empresa en su vida y que no han tenido que pagar una nómina!".

Mas: "Encima, hace 3 meses hemos firmado un acuerdo con los sindicatos por 3 años. ¿Qué pasa que ya no valen?".

Y más. "Encima nos han vendido el concepto de cogestión (Sistema comunista, consistente en introducir a los trabajadores en los consejos y órganos de dirección de la empresa, por cuota), ¿gente que no sabe gestionar va a gestionar?".

¡Ah! y como vivimos bajo mínimos de corte comunista-populista, Garamendi recuerda: "la empresa tiene que ganar dinero, se necesitan beneficios, y retribuir bien a los directivos y a todos los trabajadores y no machacarnos a impuestos o no atraeremos talento. Estamos viendo ataques directos a empresarios y aquí no pasa nada".

Lo dicho: divorcio total.