Espléndida información de El Economista: "La deuda europea destroza los registros: bate el billón de euros en tiempo récord". El culpable de esta situación son los fondos de recuperación, los famosos fondos europeos, una especie bálsamo de Fierabrás. 

El Gobierno no deja de repetir que estamos hablando de 160.000 millones de euros en fondos para España, otro éxito histórico de Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Pues bien, mucho me temo que a esta creencia generalizada hay que interponerle muchos, muchos matices. 

Recordemos: los fondos europeos son en parte fondos y en parte créditos. Los créditos los tenemos que pagar... y con intereses; los fondos también los tenemos que pagar todos los europeos, a escote, vía presupuesto... y con los intereses de la renacida deuda paneuropea

En primer lugar, con la pandemia, Europa ha imitado el nefasto modelo español: crecer -peor, subvencionar- a costa de deuda pública: el endeudamiento europeo, como recuerda El Economista, se dispara por encima del billón de euros. ¡Qué maravilla esto de la mutualización de deuda! Muy cierto: si queremos avanzar en Europa tenemos que avanzar en la mutualización. Pero, oiga, la deuda hay que mutualizarla a la baja, no al alza.

Recordemos: los fondos europeos son en parte fondos y en parte créditos. Los créditos los tenemos que pagar... y con intereses; los fondos también los tenemos que pagar todos los europeos, a escote, vía presupuesto... y con los intereses de la renacida deuda paneuropea. Que no es un regalo, que es dinero que tenemos que devolver.

Los fondos de recuperación, financiados con deuda mutualizada -suena muy bien pero sigue siendo deuda a devolver- sólo son admisibles para reindustrializar. Por ahora, están sirviendo para limosnear, es decir, para esparcir la miseria... o, presuntamente, para que se lucren Koldo y los amigos de Begoña

Los fondos de recuperación, financiados con deuda mutualizada -insisto, suena muy bien pero sigue siendo deuda a devolver- sólo son admisibles para reindustrializar. Por ahora, están sirviendo para limosnear, es decir, para esparcir la miseria... o, presuntamente, para que se lucren Koldo y los amigos de Begoña

Cuando uno pone en marcha una empresa pude que le merezca la pena endeudarse, sobre todo si no tiene dinero para empezar. Pero ojo, con la idea de devolver la deuda cuanto antes y de utilizar el dinero del préstamo para que el negocio se fortalezca, no para comer en el día a día y mucho menos para ganar votos con limosnas públicas, que no salvan de la miseria a nadie pero que permiten a Sánchez continuar gobernando.

La única deuda buena es la que no existe y la única teoría económica buena es la del ama de casa: gasta el dinero que tienes: ni un euro más

Señores: la única deuda buena es la que no existe y la única teoría económica buena es la del ama de casa: gasta el dinero que tienes, ni un euro más.

Estamos ante el desastre vicioso de los fondos europeos. Eso sí, cada día más alabados.