
Este contexto de crisis mundial del automóvil, Toyota sufre por los aranceles de EEUU, principalmente. Eso sí, no perderá el liderazgo mundial en ventas y ha mejorado las previsiones para el conjunto del ejercicio que cerrará el próximo marzo, después de rebajarlas hace casi tres meses.
El fabricante automovilístico japonés ha reducido sus ingresos, resultado operativo (ebit) y beneficio neto en su primer semestre fiscal (abril a septiembre), a pesar de haber registrado mayores ingresos y récord de ventas. La mejora de ventas en Japón, China, Europa, Hispanoamérica y hasta EEUU ha contribuido a compensar el golpe de los aranceles estadounidenses (5.100 millones de euros), con un gravamen del 15%. Eso sí, el director financiero de Toyota, Kenta Kon, ha puesto en duda la gran inversión de 10.000 millones de dólares (unos 8.713 millones de euros al tipo de cambio actual) para construir fábricas en EEUU que anunció Donald Trump durante su visita a Japón la semana pasada. “Lo he leído en los periódicos”, se ha limitado a decir Kon.
Entre abril y septiembre, Toyota ha reducido su beneficio operativo (ebit) un 18,6%, a 11.386 millones; el margen ebit ha pasado del 10,6% al 8,1%; y el beneficio neto ha descendido un 7%, a 10.032 millones.
Por su parte, los ingresos han ascendido a 139.772 millones (+5,8%), tras registrar un récord de ventas de 4,783 millones de vehículos (+5%) de las marcas Toyota y Lexus. Dentro de estos casi 5 millones, los 100% eléctricos y los híbridos enchufables han representado el 47% del total.
El fabricante automovilístico japonés estima que cerrará el ejercicio fiscal con un impacto negativo de 8.220 millones por los aranceles de EEUU, pero ha mejorado sus previsiones. De hecho, pronostica que la facturación se incremente un 2% y venda 9,8 millones de vehículos (+4,7%), así como que el beneficio operativo se reduzca un 29% y el beneficio neto lo haga un 38,5%, en vez de un 44%.










