El actual contexto de crisis mundial del automóvil ya se empezaba a vislumbrar el año pasado en algunos resultados de las filiales de los grupos del sector en España (en los de Mercedes-Benz y BMW, por ejemplo, pero no en los de Renault). A los primeros se suma ahora Porsche Ibérica, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, pues aunque logró récords de ingresos y entregas en 2024, se hundió su rentabilidad (-28%) y su beneficio neto (-30%).

Se trata de la filial que opera en España y Portugal de la marca alemana de coches deportivos de alta gama, la cual pertenece al grupo Volkswagen. En 2024, dicha filial se vio afectada por la elevada competencia y los mayores costes, pese a beneficiarse de mayores matriculaciones, mejora del mix de producto y de la inflación que ha encarecido los precios de los coches. Estos tres últimos aspectos influyeron positivamente en la evolución de la cifra de negocio.

En concreto, el año pasado, sus ingresos subieron un 28,5%, alcanzando el nivel récord de 564,7 millones, frente a los 439,7 millones facturados en 2023. El negocio de venta de vehículos nuevos aportó el 90% del total, o sea, 508 millones, un 30% más que el año anterior; seguido del negocio de recambios, con 46,65 millones (+21%); y el de vehículos usados, con 9,7 millones (-11%). En el récord de facturación contribuyó el aumento del 21,28% en las matriculaciones, pasando de 4.304 unidades al récord de 5.220.

Por su parte, la rentabilidad de Porsche Ibérica no pisó el acelerador en 2024 por un entorno de elevada competencia y de mayores costes. El resultado de explotación ha caído un 28,4%, a 7,8 millones, lejos de los 10,9 millones obtenidos en 2023. Y el beneficio neto de la filial ibérica se ha hundido un 30%, hasta 6,8 millones. Un comportamiento bastante similar al que tuvo su propia matriz, la marca alemana de coches deportivos de alta gama, que vio caer su beneficio operativo un 22,6% y su beneficio neto se hundió un 30,3%... y que fue muy distinto al registrado en 2023. 

En sus cuentas de 2024 depositadas en el Registro Mercantil, la filial de Porsche en España y Portugal (que opera desde 1984) preveía que se aceleraran las ventas de vehículos electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables) y de vehículos de segunda mano. Hace más de dos años, el CEO de Porsche Ibérica, Tomás Villén, apuntaba que “somos expertos en movilidad eléctrica”, y precisamente en el impulso de la electrificación lleva contribuyendo desde su nombramiento en 2009, por ejemplo, a través de modelos híbridos y eléctricos, así como expandiendo la red de carga rápida en España y Portugal. Además, justo hace dos semanas, Villén decía que “la excelencia no se impone, se contagia” y la consideraba como la clave del éxito, en una entrevista para Mundo Deportivo.

En paralelo, dentro de la tendencia de cambios de liderazgo dentro del sector automovilístico (cuya penúltima muestra se ha visto en el grupo alemán BMW), el pasado octubre, el consejo de supervisión del grupo Volkswagen anunció que con la entrada de 2026, el ingeniero mecánico alemán Oliver Blume (57 años) dejará la doble función que tiene actualmente como CEO de dicho grupo y de la marca Porsche. En concreto, Blume seguirá siendo el primer ejecutivo del grupo Volkswagen por cinco años más, al haber alcanzado un nuevo acuerdo de vinculación hasta 2030; mientras que en la marca de coches deportivos de alta gama le relevará el ingeniero mecánico alemán Michael Leiters (54 años) el 1 de enero. Leiters trabajó 13 años en Porsche, donde contribuyó en el diseño y la responsabilidad del modelo Cayenne y el Macan; después lo hizo durante ocho años en el fabricante italiano de coches deportivos de alta gama Ferrari; y desde julio de 2022 y junio de este año, ha sido CEO del fabricante británico de vehículos deportivos McLaren Automotive; y el próximo 1 de enero se pondrá al volante de Porsche.