Empezando por el final, la entrevista a Onur Genç publicada este jueves en Expansión suena a retirada, no de Genç ni de Carlos Torres, sino de la oferta para comprar el Sabadell. Una retirada con honor, es decir, que les permita mantener los cargos de CEO y presidente, respectivamente. Hemos hecho todo lo posible, hemos planteado la mejor oferta posible… pero la filtración primero y la oposición política después han hecho fracasar el proyecto.

Porque, efectivamente, a lo largo de las tres páginas de entrevista, el consejero delegado del BBVA no profundiza en algunos aspectos de la OPA, por ejemplo, por qué no incluye efectivo. Tampoco se entiende bien -Genç insiste en ello- que a la hora de afrontar una negociación de este calibre, la primera oferta agote todas las posibilidades y no se pueda mejorar.

Sea como fuere, lo lógico hubiera sido que para hablar de la OPA, una operación corporativa, el entrevistado fuera el presidente Torres y no el consejero delegado.

Sin duda, uno de los puntos más controvertidos y que alberga más dudas, además del éxito de la oferta entre los accionistas del Sabadell, es el visto bueno de Moncloa. Y es que, en un principio, el Gobierno Sánchez apoyó a Torres: Félix Bolaños afirmó que la operación era una “buena noticia”, mientras la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, la calificó de “respetable”.

Relacionado

Pocas horas después, sin embargo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, sorprendió a todos con un rechazo contundente y la amenaza de vetar la OPA en el último momento. Veto que permanece actualmente pero que Genç considera que no es la última palabra. “Confiamos en que el Gobierno acabe apreciando la fortaleza de la operación”, asegura.

Lo cierto es que fueron Junts y ERC quienes propiciaron el giro de 180º de Moncloa. No podían permitir que, en vísperas de las elecciones en Cataluña, el Sabadell pasara a formar parte del grupo vasco y el ministro Cuerpo tuvo que salir a la palestra y contradecir a sus compañeros. El Gobierno no dará su aprobación de ninguna de las maneras, aunque acepten la OPA el 50,01% de los accionistas del Sabadell. Y al PNV, que ya había metido el cava en la nevera, no le sentó nada bien este giro repentino.

Por cierto, Genç intenta explicar que la OPA, en realidad, sigue siendo ‘amigable’. “Dar a los accionistas la posibilidad de decidir es lo contrario a algo hostil”, afirma. No, don Onur. Sólo faltaba que no pudieran elegir qué hacer con sus acciones. Precisamente, una OPA es hostil cuando va dirigida directamente a los accionistas, no al consejo de administración, lo que no significa que la tengan que aceptar a la fuerza. Ellos decidirán si acuden o no. Pero es hostil y la prueba es que ya no están asegurados para el Sabadell los tres puestos en el consejo de administración de la entidad resultante.