Dos semanas después del fracaso de la COP26, asistimos al aumento de la chifladura ecologista. Y es que Endesa ha anunciado que dirá adiós al gas… en 2040, por orden de Enel (dueño del 70%), cómo no, pero en el presente ha reactivado la producción de electricidad con carbón en la central de As Pontes (La Coruña) y EDP le copia esto último y lo hará en la de Los Barrios (Cádiz).

Hace unas semanas, se conoció que Endesa estaba preparando As Pontes, central que aún no tiene la autorización de cierre por parte del Gobierno y por eso debe estar lista en caso de que resultara necesario que entrara en la producción de luz (una petición de Red Eléctrica, operador del sistema eléctrico español). Esto no es raro, pues en la borrasca Filomena del pasado enero ya tuvo que producir energía, y ahora ha comprado 180.000 toneladas de carbón.

En España, con el despliegue de renovables, el gas tiene un gran papel como energía de transición y de 'back up' (apoyo) para cubrir picos de demanda y garantizar el suministro... Y ahora el gas está mucho más caro que el carbón

La energética que dirige José Bogas y controlan los italianos de Enel quiere ser 100% renovable en 2040. Eso sí, no hay que olvidar que actualmente en España, con el despliegue de renovables, el gas tiene un gran papel como energía de transición y como energía back up (apoyo) para cubrir los picos de demanda y garantizar el suministro. Y ojo, dentro de 19 años, Endesa no quiere tener los 3.824 megavatios (MW) que hoy posee en ciclos combinados en España y Portugal ni la cartera de 1,6 millones de clientes de gas, pero al mismo tiempo prevé aumentar dividendo, beneficio y Ebitda, pero las renovables sólo aportarán 800 millones a este último, pese a las elevadas inversiones, como se recoge en su plan estratégico 2022-2024. 

En 2020, el carbón sólo aportó el 2% de la producción total de electricidad en nuestro país y estaba en descenso en los últimos años, tras diversos cierres de centrales térmicas, porque no resultaban rentables: requerían de grandes inversiones para modernizarse y eliminar los gases que emiten, restricciones medioambientales de la Unión Europea, el gas estaba más barato y tenían que comprar derechos de emisión de CO2. Sin embargo, ahora, con el encarecimiento del gas, ha vuelto a tener un margen competitivo y su producción se ha disparado en los últimos meses: un 69% en septiembre, un 124% en octubre y más de un 75% en lo que va de este mes. As Pontes es una de las tres últimas centrales que queman carbón hoy, junto a Aboño y Soto de Ribera (propiedad de EDP), a las que se sumará Los Barrios (también de la energética lusa), pues Litoral (Almería) -central de Endesa- ha producido sólo hasta principios de mes y ya no va a funcionar más y Es Murterar (en Mallorca, y también propiedad de Endesa) redujo en verano sus horas de funcionamiento anuales a 500 (equivalentes a 20 días) y sólo se pondrá en marcha en caso de emergencia en el sistema energético balear.

As Pontes es una de las tres últimas centrales que queman carbón hoy, junto a Aboño y Soto de Ribera (propiedad de EDP), a las que se sumará Los Barrios (también de EDP)

Paralelamente, ante el temor a un gran apagón eléctrico en Europa, del que ha advertido el Ejército de Austria, conviene echar un vistazo a quienes han sido los culpables de algunos. En Gotemburgo (Suecia), los excrementos de una bandada de estorninos en el tendido eléctrico dejaron sin luz a 27.000 personas durante una hora al provocar un cortocircuito. Este hecho lleva a recordar otro acaecido en mayo de 2020, cuando un toro se rascó sus cuartos traseros en un puesto de la luz y apagó 700 hogares de los pueblos de Chapelton y Strathaven (Escocia) durante varias horas. Y los defensores de los animales deberían estar más alerta porque el alcalde de Madrid, el popular José Luis Martínez-Almeida, se ha líado a tiros contra las cotorras argentinas, por ahora, porque su proliferación “es un peligro para la seguridad por el peso de los nidos, pero también para la salud de los madrileños”. Pero a ver si las cotorras van a imitar a los estorninos… y apagan la capital, entonces seguramente se liaría a tiros hasta la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera.