Catar y otros muchos fondos soberanos y fondos de inversión se han cabreado con Pedro Sánchez. ¿El motivo? Hace unos días, el presidente del Gobierno ha engordado su ego y su narcisismo al ser elegido presidente de la Internacional Socialista... y para celebrarlo no se le ocurrió otra cosa que pregonar su intención de luchar contra “el capitalismo depredador”.

Sánchez refirió que “vivimos en un mundo marcado por el capitalismo depredador” y se ha propuesto como objetivo el relanzamiento de la Internacional Socialista como alternativa a dicho capitalismo, al tiempo que pretende que dicha organización le sirva para “fortalecer” el orden multilateral y los vínculos con la ONU. ¡Ay, madre!

Pero ojo, porque podría haber consecuencias por parte de los fondos... Conviene recordar que el fondo soberano de Catar (más conocido como QIA, por sus siglas) es el principal accionista de multitud de compañías españolas: Iberdrola (8,694%), la socimi Colonial (19,028%), El Corte Inglés (10,33%) y el holding aéreo IAG -que agrupa a las aerolíneas British Airways, Iberia, Aer Lingus y las low cost Vueling y Level- (25,143%), entre otras. Asimismo, está presente en otras, destacando el grupo mediático PRISA (4,918%). Por otra parte, los fondos soberanos de Singapur también están en empresas españolas: Temasek en Repsol, aunque su participación es inferior al 3% y por tanto no está obligado a notificarla; y GIC es propietario de varios centros comerciales. Y por otra, destaca el fondo soberano de Abu Dabi, Mubadala, que es el primer accionista de Cepsa, seguido del fondo de inversión estadounidense Carlyle. Y tampoco se puede perder de vista a BlackRock, el colonizador del Ibex, dado que está en gran parte de las 35 empresas que componen el selectivo español.

El vicecanciller alemán, Robert Habeck, ha aludido a corrupción y falta de derechos del colectivo LGTBI desde Alemania, algo que no ha gustado nada al ministro de Energía catarí, Saad al-Kaabi, quien ha criticado que no lo hizo en Catar cuando se acordó el suministro de GNL

Y en paralelo al Mundial de fútbol que se está celebrando en Catar y ha despertado críticas por la falta de derechos de muchos trabajadores, de las mujeres y del colectivo LGTBI, críticas hipócritas porque ya se sabía lo que hacía el país árabe cuando se elegió para albergar la competición. Ahora Catar aprovecha el Mundial como maniobra de distracción y firma un histórico contrato de suministro de gas natural licuado (GNL) con China, al tiempo que empieza a tomar represalias contra el progresismo hipócrita de Occidente: después de que Londres vetara la publicidad de Catar en el transporte público, Doha revisa sus inversiones en el país

Algo que también podría hacer en España y Alemania, entre otros países. Precisamente, con este último acaba de alcanzar un acuerdo de suministro de GNL desde 2026 durante al menos 15 años. Eso sí, al ministro de Energía catarí, Saad al-Kaabi, no le han gustado nada las alusiones a corrupción y falta de derechos del colectivo LGTBI que ha hecho el vicecanciller alemán, ministro de Asuntos Económicos y Acción por el Clima, y miembro del partido Alianza 90/Los Verdes, Robert Habeck, no cuando visitó Catar (claro está) sino desde Alemania, como ha referido en una entrevista concedida a Bild y pueden ver en los siguientes tuits.