En plena campaña para mejorar la atención al público más mayor o menos digitalizado -en ocasiones no coinciden los unos con los otros- el BBVA ha instaurado las oficinas atendidas por un único empleado. En su mayor parte, se trata de sucursales que, tras la fusión de varias oficinas y el correspondiente ajuste de plantilla, funcionan con dos o tres trabajadores, dos destinados a la atención remota y uno solo a la presencial. Hablamos de unas 20 sucursales repartidas por toda la geografía española.

En otras palabras, la plantilla del BBVA ha empeorado su situación laboral tras el macro-ERE de 2021 que supuso la salida de 2.935 empleados. Ya entonces, las 5.216 peticiones para adherirse al ERE (2.281 más de las establecidas) dio una pista de la situación real de los trabajadores -la mayor parte de ellos, de la red- que ahora han tenido que asumir la carga de trabajo de los que se marcharon.

Efectivamente, si la red del BBVA ya estaba al límite de sus fuerzas, las oficinas unipersonales han sido la gota que ha colmado el vaso.

Lo más preocupante, en cualquier caso, es que no hay indicios de que la situación vaya a mejorar. Es más, lo más probable es que empeore, porque el modelo del BBVA de banca digital y atención remota camina hacia un número de empleados que ronda entre los 5.500 y los 6.000 en España, frente a los 20.000 que tiene actualmente. No habrá ajustes en 2022, según afirmaron el presidente Carlos Torres y el Ceo Onur Genç durante la presentación de resultados anuales, pero no hay que descartarlos a partir de 2023.

El banco celebrará su junta de accionistas el próximo 18 de marzo, en Bilbao. Seguro que los trabajadores no desaprovechan la ocasión para exponer la situación de la red. Y hasta hacen un vídeo como el que se hizo viral en 2021.

Por cierto, la entidad vasca anunció este viernes la ampliación del horario de caja en más de 600 oficinas a partir del 15 de febrero.