Boeing ha recibido castigo bursátil (su cotización ha caído cerca de un 9%) al perpetuar su crisis. Y es que en los nueve primeros meses del año ha elevado pérdidas netas y operativas, al tiempo que ha reducido márgenes y ventas.

El fabricante aeronáutico estadounidense sigue en turbulencias y en esta ocasión se ve lastrado por el negocio de Defensa debido a pérdidas en programas de desarrollo a precio cerrado, por los mayores costos en fabricación y cadena de suministro, así como desafíos técnicos. “Estamos muy centrados en la maduración de estos programas, mitigando riesgos y prestando el servicio para nuestros clientes y sus importantes misiones”, ha señalado el presidente y CEO, Dave Calhoun. “Estamos inmersos en un contexto difícil y nos queda todavía camino para impulsar la estabilidad, mejorar nuestro rendimiento y garantizar que cumplimos siempre con nuestros compromisos.

A pesar de las dificultades, estoy orgulloso de nuestro equipo y de los avances que hemos conseguido para fortalecer nuestra compañía”, ha añadido. Recuerden que al batacazo que el Covid supuso para el sector aéreo, se sumó la crisis del 737 Max y problemas en otros modelos. Boeing ha tenido unas pérdidas netas unos 4.359 millones de euros entre enero y septiembre, 35 veces superiores a las de hace un año, por el bajo rendimiento de los programas de defensa y que lastró principalmente el beneficio neto del tercer trimestre (-3.284 millones). Por su parte, el resultado operativo pasó a ser negativo, situándose en -3.180 millones, frente al positivo de 1.263 millones de hace un año; y el margen operativo ha sido del -6,8%, lejos del 2,7% de hace un año.

Los ingresos del fabricante aeronáutico estadounidense han descendido un 2%, hasta 46.299 millones. Por negocios, destacan el de aviones comerciales, que ha facturado 16.571 millones (+13%) y ha mejorado su margen operativo, pasando del -13,7% al -10,5%; mientras que el de Defensa, Espacio y Seguridad ha ingresado 16.907 millones (-18%) y ha empeorado su margen, que ha caído de uno positivo del 8,7% a uno negativo del 21,5% en un año. Los pedidos han seguido aumentando y parece que continuarán así (Alaska Airlines ha anunciado la compra de 52 Boeing 737 Max y los accionistas de IAG han dado el visto bueno a adquirir 87 aviones Boeing), tras reanudar las entregas del 787 a finales de agosto después de exhaustivas revisiones: al cierre de septiembre la cartera de pedidos de aviones comerciales ascendía a 4.300 unidades valoradas en unos 305.600 millones y la de defensa tenía un valor de unos 54.762 millones. Eso sí, Calhoun ha destacado el flujo de caja operativo obtenido en el tercer trimestre (2.885 millones), muy superior al del primer semestre del año pasado (503 millones), y señalando que avanzan “con firmeza para alcanzar el flujo de caja libre positivo en 2022”.

Parece que vuela más Fernando Alonso que Boeing: tras el choque que tuvo el piloto de Fórmula 1 con Lance Stroll el pasado domingo, voló a a la velocidad de despegue de un Boeing 747 (a casi 300 kilómetros por hora), según ha señalado F1TV.