Carlos Torres Vela, presidente del BBVA, ya se lo comentó a un amigo, al poco de ser nombrado presidente del BBVA: "No sé si duraré meses o años pero si me voy, me iré millonario".

Decíamos ayer que tanto el BCE como el Banco de España ven con buenos ojos una fusión entre los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, que más bien sería una absorción del segundo por el primero. 

Pues bien, el envite está ahí, aunque Luis de Guindos y Hernández de Cos quieran contar con uno de los primeros bancos del mundo, con presencia en España, Reino Unido, México y Brasil (sí, Turquía la he apartado de forma asaz interesada), capaz de operar tanto en banca minorista como mayorista, lo cierto es que en el consejo de administración de BBVA, hay quienes se oponen al matrimonio con el Santander y tienen otros planes.

De la falta del liderazgo de Carlos Torres ya hemos hablado en demasiadas ocasiones. Es cosa sabida. Ni tan siquiera consigue que le obedezca su ceo, el turco Onur Genç, quien considera que la presencia del BBVA en Turquía le confiere permanencia eterna en el cargo. Traducido: el chantaje de Recep T. Erdogan contra todo aquel que se atreva a invertir en Turquía. Y eso, a pesar de que el Garanti puede convertirse en la tumba del BBVA. No es Turquía quien le ha hecho un favor la banca española asumiendo el control del Garanti, sino al revés, pero ni Genç ni Erdogan lo ven así. 

Más. Durante la última comparecencia ante la prensa; Genç lanzó dos mensajes: el primero, que él no se iba: Excusatio non petita accusatio manifesta. El segundo que el Garanti está en buena situación. Habrá que creerle. Pero, por de pronto, Torres no parece capaz ni de librarse del turco.

Como ya hemos informado en Hispanidad, ante la falta de liderazgo en el BBVA el consejero Jaime Caruana, gobernador del banco de España que salvó al BBVA del ataque de Sacyr, allá por 2004, aspira a convertirse en presidente del Banco. Le apoya en la tarea el vicepresidente, José Miguel Andrés Torrecillas, hombre asimismo relacionado con el caso Sacyr, pues no deja de resultar extraño que fuera socio director de la auditora que, durante la batalla entre la constructora y FG, auditara a Sacyr para luego recalar en el Consejo de BBVA.

Pues bien, Jaime Caruana (70 años), quien fuera director general del poderoso BIS de Basilea, no necesita presentar currículo para postularse como presidente del BBVA. Necesitaría, eso sí, encontrar un ceo, a ser posible más joven y, para no levantar ampollas, de dentro, que no de fuera.  

Decíamos en junio que Jaime Sáenz de Tejada era uno de los candidatos a CEO del BBVA pero emerge cada vez con más fuerza el de Jorge Sáenz-Azcúnaga (52 años), responsable de Estrategia y buen conocedor de Hispanoamérica (a día de hoy poco es el BBVA sin México), hijo del que fuera un histórico del Banco de Vizcaya, José Antonio Sáenz-Azcúnaga.

Así que, o bien fusión con el Santander o bien cambio en la Presidencia de BBVA. En ninguna quiniela figura la permanencia de Carlos Torres. 

"No sé si duraré un semana o muchos años pero si me voy, me iré millonario". Por tanto, la opción Caruana pasa por el blindaje de salida de Carlos Torres, lo que me recuerda que, también en su momento, Francisco González se puso tal indemnización que Mariano Rajoy se vio obligado a pedirle que se moderara un poquito, que los banqueros del PP no podía presumir de supermillonarios.

Lo que está claro es que, a día de hoy, no sabemos quién manda en el BBVA. Y es no es bueno.