Es curioso, pero desde que el BBVA anunciara la Opa sobre el 50,1% de Garanti que aún no controla -15 de noviembre-, la lira turca se desplomó para cerrar noviembre con una pérdida del 27% de su valor. El consejero delegado del BBVA, Onur Genç, intentó calmar los ánimos el lunes afirmando que la devaluación de la lira le venía bien al banco porque abarataba la adquisición del 100% de Garanti. En lugar de 2.300 millones costaría alrededor de 1.800 millones, con un coste de capital ligeramente inferior a los 1.400 millones previstos inicialmente.

Eso es muy bonito, pero no cuela. No porque la Opa no le vaya a salir más barata, sino porque el trasfondo de toda la situación es el oscuro nubarrón que se cierne sobre la economía turca en general y la filial del BBVA en particular. No en vano, el banco que preside Carlos Torres fue el más castigado del Ibex durante el mes de noviembre, con una caída superior al 20%. Y gran parte de ese retroceso se produjo durante la segunda quincena del mes, esto es, tras el anuncio de la Opa. Y el desplome, conviene recordarlo, coincide con el inicio de la recompra de acciones por 3.500 millones, un proceso que JP Morgan ha acelerado en las últimas 48 horas, pero ni eso ha evitado el nubarrón turco.

Diciembre no ha comenzado mejor de como terminó noviembre. Solo llevamos cuatro días y la cosa promete: el 2 dimitió -fue dimitido- el ministro de Tesoro y Finanzas, Lutfi Elvan, economista ortodoxo, por no seguir las directrices de Erdogan, empeñado en bajar los tipos de interés a pesar de la depreciación de la lira y la elevada inflación. Elvan ha sido sustituido por el número dos del ministerio, Nureddin Nebati, con mucha menos experiencia económica. Nebati es el tercer ministro en un mes. Casi nada. Erdogan no quiere ministros preparados, para eso está él, sino obedientes. Ni siquiera tuvo reparos en echar a su yerno, Berat Albayrack. El caso es que el viernes ordenó intervenir al Banco Central de Turquía para frenar el desplome de la moneda.

Y en este contexto tan ideal para cualquier negocio es en el que trabaja Garanti, filial de BBVA. Sí, el país tendrá mucho potencial, pero está en manos del presidente-dictador Erdogan, y eso ahoga cualquier otra consideración.

En definitiva, Torres debería cesar a Genç y salir de Turquía, no necesariamente en ese orden. Es más, para evitar posibles represalias de don Recep Tayyip, tal vez sería mejor vender Garanti y luego cesar a Genç.