El Banco de España ha publicado este viernes su Informe de Estabilidad Financiera.

El documento destaca un incremento de los riesgos para la estabilidad financiera con respecto a abril, cuando se publicó el anterior análisis. Para el supervisor, los principales riesgos son los vinculados a las tensiones geopolíticas, en particular a la evolución de la guerra en Ucrania, que genera una extraordinaria incertidumbre sobre el crecimiento de la actividad real y sobre la persistencia del episodio inflacionista actual.

En él, el Banco de España apunta a la necesidad futura de medidas de consolidación para reducir el déficit de las Administraciones Públicas, con un aumento de los ingresos y/o un recorte de los gastos.

En este sentido, ha alertado de que la ausencia de medidas de consolidación fiscal "situaría las finanzas públicas españolas en una posición de vulnerabilidad ante posibles escenarios de crisis o de aumentos en el coste de la deuda, tanto coyunturales como de más largo plazo".

Así, el supervisor ha señalado que la persistencia de un déficit estructural positivo continuaría presionando al alza sobre el nivel de endeudamiento público, al tiempo que el diferencial positivo entre el crecimiento del PIB nominal y el coste de la deuda tendería a estrecharse. "Todos estos factores --coyunturales y estructurales-- tenderían a elevar el nivel de deuda pública y, por tanto, a reducir el margen para afrontar posibles escenarios de crisis futuros", ha avisado.

El supervisor ha señalado que la persistencia de un déficit estructural positivo continuaría presionando al alza sobre el nivel de endeudamiento público

En cuanto a las medidas de política fiscal que se lleven a cabo en el contexto actual, el Banco de España ha incidido en que deben ser temporales y estar focalizadas, centrándose en los hogares de rentas más bajas y en las empresas más vulnerables a la perturbación.

El Informe de Estabilidad Financiera de otoño del Banco de España apunta a que los riesgos en la economía española “han aumentado en los últimos meses”. A la persistente inflación hay que añadir “la probabilidad de que se produzca una contracción de la actividad”, se puede leer en el documento publicado hoy. El supervisor no prevé una recesión en este momento, pero sí destaca que la probabilidad de que se produzca es en este momento mayor que hace seis meses.

Otra de las vulnerabilidades que destaca el BdE es el “elevado endeudamiento público”. En este sentido el informe aprecia que la reducción de la deuda que está llevando a cabo el Gobierno es una noticia positiva, pero apunta que si no hay medidas adicionales “estas ganancias tenderán a agotarse”. La recomendación que hace a las autoridades públicas es doble: que los citados apoyos fiscales a familias y empresas vulnerables sean “temporales y muy selectivos” y la definición de un plan de consolidación fiscal.

También señala que la persistencia de tasas de inflación elevadas, el endurecimiento de las condiciones financieras, el mantenimiento de determinadas distorsiones o cuellos de botella por el lado de la oferta, la reducción de la confianza de los agentes y la existencia de un elevado grado de incertidumbre contribuyeron a un debilitamiento de la actividad en el tercer trimestre de este año.

En este contexto, el Banco de España ha avisado de que la elevada inflación está aumentando la presión financiera soportada por los hogares, especialmente los de menor renta, y por las empresas, sobre todo las más endeudadas.

En el caso de los hogares, el Banco de España estima que la inflación media acumulada en 2021 y 2022 supondría un aumento promedio del gasto de los hogares endeudados en bienes no duraderos del 3,9% de su renta, siendo el impacto cercano al 10% para el quintil de familias de menor renta.