El 47% de los 3,3 millones de autónomos admite que su actividad ya se ha ralentizado, y el 48,3% prevé que su negocio descenderá todavía más de aquí a fin de año, según el barómetro de septiembre de ATA, publicado este lunes. Los trabajadores por cuenta propia no se creen las mentiras de Calviño y el 75% considera negativa la tendencia de la economía española.

La inflación está siendo un auténtico quebradero de cabeza y es la principal amenaza para los autónomos. El 79,1% declara que sus gastos han aumentado más de un 10%, pero solo el 57,3% ha subido los precios. Eso sí, el 59,2% prevé subirlos en los próximos meses.

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A pesar de la situación, el 33,5% de los encuestados asegura que ha mantenido todos los empleos a su cargo -el 46,8% afirma que no tiene empleados porque no los requiere-, y solo el 13,4% ha disminuido el número de trabajadores. El porcentaje de los que piensan mantener el empleo hasta diciembre desciende ligeramente, hasta el 30,7% de los encuestados, mientras el 9,8% prevé disminuir la plantilla.

A la luz de este barómetro cabe preguntarse: ¿qué medidas ha tomado el Gobierno para ayudar a los autónomos, parte fundamental del tejido empresarial español? Principalmente una: pagar más cuotas sociales, es decir, más impuestos a cambio, se supone, de más contraprestaciones sociales. Es decir, un acuerdo que supone el principio del fin de los autónomos. Y los más triste de todo es que ATA lo firmó.