Andrea Orcel se las prometía muy felices cuando, a finales de septiembre, el Santander anunció su fichaje como consejero delegado de la entidad. Su alegría y su alboroto no se debían, sin embargo, al hecho de convertirse en el número dos del primer banco minorista de Europa y uno de los más importantes del mundo, ni al hecho de tener que mudarse a España, uno de los pocos paraísos que hay sobre el planeta. Ni siquiera le motivaba la perspectiva de cobrar un bonus de 55 millones de euros y un sueldo cercano a los 10 ‘kilos’ anuales. No, la motivación última del italiano iba mucho más allá y tenía que ver con el objetivo que perseguían los fondos accionistas del Santander.

Efectivamente, como adelantó Hispanidad, los fondos más agresivos de la entidad cántabra habían trazado un plan para hacerse con el control absoluto del banco, esto es, para sustituir a Ana Botín y colocar a uno de los suyos en la Presidencia. Había que hacerlo disimuladamente y por etapas. El peso de los Botín en el Santander es muy elevado y no se mide exclusivamente por el número de acciones (en total, poseen alrededor del 1%). En cualquier caso, los fondos estaban convencidos de su éxito y pensaron que el mejor candidato era un tal Andrea Orcel, al que ya conocía Ana Botín por haber asesorado al banco en diversas operaciones internacionales como, por ejemplo, en la compra del holandés ABN Amro, en 2007.

Los fondos accionistas más agresivos de la entidad cántabra habían trazado un plan para hacerse con el control absoluto del banco

El italiano de 55 años, casado con una portuguesa y que habla un correcto español era, sin duda, la mejor baza de los fondos: conocía a los Botín y conocía el Santander. Una vez dentro, sabría cómo moverse para llevar a cabo el plan.

Sin embargo, tal y como adelantó Hispanidad, todo se vino abajo antes de empezar, por las sospechas que despertó el italiano. Por ejemplo, su exigencia para que le acompañara uno de sus colaboradores o las buenas relaciones que mantenía -junto con UBS- con los fondos accionistas del Santander, incluidos los más agresivos a la hora de solicitar la enajenación de activos y aumentar la remuneración.

Todo se vino abajo antes de empezar, por las sospechas que despertó el italiano

No había duda: Orcel llegaba a la ciudad financiera de Boadilla del Monte con el respaldo de los fondos y con un solo objetivo: sustituir a Botín en la Presidencia. Pero la presidenta se dio cuenta y tomó una decisión histórica: dar marcha atrás al fichaje. Lo de los 55 millones fue sólo la excusa de cara al exterior.

El escándalo FG va tomando cuerpo jurídico

Fueron momentos difíciles para el Santander, aunque nada comparables a los que está viviendo el BBVA con el escándalo de las escuchas. El exministro Miguel Sebastián y el exvicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, han denunciado al BBVA y se unen así a la demanda presentada por el exvicepresidente del BBVA, José Domingo Ampuero, y por el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón.

Sí, a pesar del Gobierno y de la Fiscalía, el escándalo FG va tomando cuerpo jurídico.

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