La unión entre las patronales bancaria (AEB) y de cajas de ahorros (CECA) no será posible. Justo ahora cuando la nueva presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán, del banco Santander, se ha planteado esta opción. En otras palabras: antes era la CECA la que quería unirse a la AEB, ahora es la AEB la que quiere unirse a CECA y esta le dice que ellos ya no son una patronal sino una sociedad que presta servicios a las entidades socio y que, por tanto, si quiere una fusión que paguen los más de 1.000 millones que vale CECABANK.

El punto de no retorno comenzó cuando ascendió a la presidencia de la AEB, José María Roldán. Fue entonces cuando el alma mater de CECABANK, Isidro Fainé, planteó la unión de ambas corporaciones, toda vez que las cajas se iban convirtiendo en bancos. Roldan no anduvo muy diplomático al responder a Fainé que las culpables de la crisis bancaria española eran las cajas de ahorro, la tesis oficial del Banco de España... institución de la que procedía Roldán. Así que Fainé hizo la reconversión de CECA, que siguió siendo un órgano de representación patronal pero fue el germen de CECABANK, un buen negocio de, por ejemplo, depositaría. 

La CECA se ha convertido en un banco, que presta servicios a las antiguas cajas de ahorros. La AEB sólo es una patronal y con escasa fuerza

Conclusión: si queréis CECABANK, pagadla. 

Y esto es bello e instructivo, porque a Alejandra Kindelán no le vendría mal que la AEB adquiriera un mayor peso. Por ejemplo, de cara al impuestazo bancario, tarea para la que se han unido las dos patronales y la de las cajas rurales, UNACC, pero no es lo mismo un entente que pactar con el Gobierno en nombre de todo el sector financiero. No olvidemos que el principal banco en España es Caixabank, una antigua caja... o conjunto de cajas, y está en la CECA.