El acento español en la cerveza es algo a tener en cuenta y a valorar, y más cuando se consume mucho más que el vino. En nuestro país, dicho sector se reparte entre grandes compañías familiares (Mahou San Miguel, Hijos de Rivera y Damm), otras más pequeñas… y un gran auge de las cervezas artesanas en el último lustro.

En nuestro país existen una gran variedad de cervezas de las marcas Mahou, Estrella Galicia y Estrella Damm miran de tú a tú a las de gigantes como la neerlandesa Heineken (dueña de la que le da nombre, así como de Amstel y las españolas El Águila, entre otras) o la belga -y la más grande del mundo- AB InBev (Budweiser, Stella Artois y Corona son algunas de sus marcas. Aquí, las cervezas más vendidas son Mahou, Estrella Galicia, Amstel, Cruzcampo y San Miguel.

Dentro de los grupos familiares, está Mahou San Miguel, cuya historia empezó en 1890, aunque su origen se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Casimiro Mahou Bierhans llegó a Madrid con la vista puesta en traer cervezas de alta calidad a un país tradicionalmente vinícola. Él no sólo tenía espíritu y visión de negocio, sino que innovaba al apostar por negocios inusuales para su época: una fábrica de papel pintado “Las Maravillas” y otra de pinturas al óleo “El Arco Iris”. Es cierto que falleció antes de ver cumplido su sueño de levantar un centro de producción de cerveza, pero su viuda y sus hijos recuperaron el proyecto y fundaron “El Barril” en la madrileña calle Amaniel, un año después de crear la fábrica de hielo “El Polo Norte”. La fábrica de cerveza empieza a recibir reconocimientos internacionales y se va expandiendo con nuevos centros de producción en otros lugares del país.

Su crecimiento fue parejo a la protección social de sus empleados, creando el “Montepío Mahou”, y a la innovación con el uso de chapas como tapones en sus botellas, así como a la promoción del deporte y la cultura. La expansión traspasó nuestras fronteras y en 1969, el año en que el hombre pisó la Luna, nació su marca más icónica (Mahou Cinco Estrellas). En 1993, inaugura el centro de producción de Alovera (Guadalajara), uno de los más grandes de Europa, y entra en el siglo XXI haciéndose con el control total de San Miguel (cervecera de la que tenía un 30% y Danone el 70% restante, y que tiene su origen en la fábrica fundada en Manila (Filipinas) en 1890 y en la filial creada en España en 1947 (la cual cambió su nombre por el de Fábrica de Cerveza y Malta San Miguel en 1957). Así Mahou pasa a llamarse Grupo Mahou San Miguel. Desde entonces ha aumentado su portfolio con nuevas marcas, bebidas (como el agua de Solán de Cabras, bebidas energéticas y refrescos de café), compras (Grupo Anaga -dueño de la cerveza canaria Reina-, la granadina Alhambra, alguna internacional o la artesana Nómada Brewing, entre otras) y acuerdos de comercialización con otros fabricantes cerveceros.

Ya está presente en más de 70 países y Grupo San Miguel y lidera el sector en España, pero sigue siendo una empresa de capital 100% familiar, con 10 centros de elaboración de cerveza -ocho en España y dos en EEUU-, cuatro manantiales de agua y una plantilla de más de 4.100 empleados. Hoy la preside José Antonio Mahou Herráiz, miembro de la sexta generación de la familia fundadora y su sobrino, José Togores Mahou, de la séptima generación, es vicepresidente segundo. Eso sí, la gestión del día a día la lleva más el director general, Alberto Rodríguez-Toquero, desde hace 19 años. Además, en el Consejo de Administración se sientan, aparte de los miembros de la familia ya citados: Gerardo Fernández Calvo como vicepresidente primero, Eduardo Petrossi como CEO y los vocales Alicia Mahou Parra, Ana Francisca Gervás, Fátima Mahou Herráiz, Germina Christelle Eva Gervás, María del Carmen Mahou de la Torre, Mercedes Calvo Caminero y Pablo Usandizaga Usandizaga

Grupo Mahou San Miguel hoy la reside José Antonio Mahou Herráiz, miembro de la sexta generación de la familia fundadora y su sobrino, José Togores Mahou, de la séptima generación, es vicepresidente segundo. Eso sí, la gestión del día a día la lleva más el director general, Alberto Rodríguez-Toquero, desde hace 19 años

Hijos de Rivera, dueños de las conocidas marcas Estrella Galicia y 1906, entre otras, también surgió de un sueño. En este caso el de José María Rivera Corral, que tuvo que emigrar con 15 años años desde su pueblo, As Pontes (La Coruña)a América, pero regresó a Galicia con ahorros y grandes ideas. Fue en 1906 (de ahí el nombre de una de sus marcas de cerveza) cuando funda la Fábrica de Cerveza y Hielo Estrella de Galicia. Así aprovechaba que eran dos actividades complementarias: podía fabricar cerveza y a la vez vender hielo y agua. Su primera cerveza se llamó La Estrella de Galicia, era de estilo Pilsen, y su primer logotipo se registró en 1910. Nueve años más tarde se amplió la fábrica para incrementar la producción y mejorar la calidad de las cervezas, y entró la segunda generación de la familia, con Ramón Rivera Illade, hijo del fundador y que había obtenido la diplomatura de maestro cervecero en Nancy, siendo de los primeros maestros cerveceros de España con titulación. El negocio va creciendo, así como las clases de cervezas y la fábrica. En 1936 muere el fundador y poco después la Guerra Civil española, y su primogénito asume el control. Ya en 1941 se constituye la sociedad limitada “Hijos de José María Rivera, Limitada”, para afrontar las dificultades económicas a consecuencia de la contienda y la producción para por la escasez de materias primas; más adelante se renueva la maquinaria y a mediados del siglo XX llega la tercera generación, con la vuelta de beneficios y el aumento del consumo de cerveza, recuperando la normalidad.

 

En 1964, los hermanos José María y Ramón Rivera Riguera, tras fallecer su padre, Ramón Rivera Illade, plantearon introducir tecnologías más avanzadas para satisfacer la demanda… y así llega la nueva fábrica en A Grela, diseñada por el arquitecto Antonio Nolasco. Una vez finalizada, se avanza en productos y en expansión por el territorio gallego, así como en I+D, y pasa a ser una sociedad anónima. En 1990 se incorpora la cuarta generación, pero el consumo de cerveza baja por la crisis… y empieza la expansión internacional. En 1993, tras lanzar 1993, se apuesta por la diversificación al comprar participaciones de “Aguas de Cabreiroá” y al portfolio se van sumando mosto, sangría, sidra, vino, licores y cerveza sin alcohol. En 2017, lanzan La Estrella de Galicia recuperando la receta original y dos años después inauguran el Museo de Estrella Galicia (MEGA). En 2020, se suma la quinta generación y más adelante, lo hace la sexta, por lo que sigue siendo una cervecera familiar. Cuenta con seis centros de producción en España y 1.800 empleados, así como filiales internacionales, y está presente en 60 países. Desde octubre de 2012, las riendas las lleva Ignacio Rivera, desde la silla de presidente ejecutivo de Corporación Hijos de Rivera. 

Vayamos con Damm. La cerveza Estrella Damm nace en Barcelona en 1876, gracias a una familia de Alsacia que huía de la guerra franco-prusiana y buscaban crear una cerveza lager mucho más ligera que las centroeuropeas a las que estaban acostumbrados. En especial a August Kuetzmann Damm y su primo y maestro Joseph Damm, que ya fabricaron la Straisburger Bier de J. Damm en la Ciudad Condal 1872. En 1877 falleció August, pero el negocio prosigue y finalmente, en 1897 lo compra Joseph. En 1905 se inaugura la antigua fábrica de “La Bohemia” y en 1910 se constituye la sociedad anónima Damm, una década más tarde se duplica la producción y continúa creciendo e incorporando nuevas cervezas, pero en 1936 también tiene que lidiar con la Guerra Civil y no es hasta 1950 cuando se consolida. También se vincula con el deporte con un equipo de fútbol que lleva su nombre, y en 1955 lanza Voll-Damm, y años después, emprende la expansión nacional y patrocina el Mundial de Fútbol de 1982 que se celebra en España y también los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. También acomete la ampliación de su fábrica de El Prat, en 1999 inicia su diversificación y hasta crea su propia división de logística. 

Claro que en el grupo Damm no sólo se ha apostado por la cerveza que le da nombre, sino también por otras bebidas, como el batido de chocolate Cacaolat o el refresco de té Nestea; así como por la cadena de restauración especializada en sándwiches Rodilla, entre otros. Cuenta con 16 plantas de producción y envasadode cerveza, agua, refrescos y café; y dos malterías propias; tiene más de 5.000 empleados; y está presente en más de 133 países. El grupo Damm sigue controlado por la familia Carceller, que posee el 27,19% a través de la petrolera Disa, y el 13,9% a través de Seegrund, sociedad neerlandesa propiedad del fallecido Demetrio Carceller Coll, padre del actual presidente ejecutivo, Demetrio Carceller Arce. El segundo accionista es la familia alemana Oetker (los de las pizzas congeladas y propietarios, a su vez, del 50,7% de Freixenet), con el 25%; seguido de la familia Armadàs (6%) y la familia Agenjo, (5,12%). Por tanto, el grupo cervecero sigue siendo un grupo familiar, pero no 100% propiedad de capital español. 

Tras estos tres grandes grupos cerveceros familiares, se encuentran compañías pequeñas. Entre estas últimas, se encuentra, Ámbar, la cerveza de Aragón por excelencia, fundada en 1900 y que forma parte grupo Ágora.

Antes también había otras cerveceras independientes, como Cruzcampo, fundada en Sevilla en 1904; o El Águila, fundada en Madrid en 1900. Sin embargo, hoy ambas forman parte del gigante Heineken, que las compró. Eso sí, no hay que perder de vista el gran auge de las cervezas artesanas en el último lustro. Entre ellas, está la bustareña Bailandera, fabricada en la sierra de Madrid.