Ahora que parece inminente la investidura de Pedro Sánchez, vuelve a estar sobre la mesa la posibilidad, más que probable, de una nueva subida de impuestos. Para empezar, lo que sí parece seguro es que el gravamen a la banca y a las eléctricas se convertirá en permanente. Ahora apenas lo notan -los bancos-, porque los tipos de interés están arriba, pero ya veremos cuando el BCE decida bajarlos o cuando la economía se frene tanto que ni Nadia pueda sonreír y decir que vamos como una moto.

Ana Botín lo advirtió el martes, durante la Conferencia Internacional de Banca celebrada en la sede del Santander, en Boadilla de Monte. “No es ciencia cuántica. Hay que pagar impuestos, pero si se paga demasiado la gente se marcha”, afirmó. Ahora bien, ¿de quién estaba hablando, de empresas o de personas físicas? ¿O de ambas?

Lo grave es que el afán recaudatorio del Gobierno no tiene límites porque gasta sin límite alguno. En Bruselas lo saben pero da lo mismo, porque al final, quien paga la factura son los contribuyentes españoles.

Botín: “Creo que hay una manera que no sea una carrera en la que uno gana y otro pierde, donde se suben impuestos a las grandes empresas para redistribuir. No, se pueden pagar menos impuestos y que a todo el mundo le vaya mejor”, señaló, con toda la razón del mundo.

Pagar menos impuestos pero, sobre todo, reducir el gasto público. Oiga, que con Sánchez en Moncloa, en un solo año se ha triplicado la necesidad de financiación de la economía española, según el Banco de España. Una barbaridad que ya estamos pagando y que si nadie echa el freno, terminará por arruinarnos a todos… y todas, a empresas y hogares.

Efectivamente, hay que pagar impuestos, pero si se paga demasiado, todos los que puedan, empresas y personas, se marcharán. De hecho algunos ya se han ido.