Este jueves la Comisión de Justicia ha aprobado el dictamen de la ley de Eutanasia, que tendrá que ser aprobado por el pleno del Congreso la próxima semana. Otro pequeño paso más hacia la cultura de la muerte en España.

Se trata del proyecto de ley para legalizar una ‘eutanasia exprés’ y a domicilio, pactada por el PSOE con sus socios comunistas y Ciudadanos, partido este último que se ha mostrado muy interesado en que saliera adelante, como ‘progres’ fetén que son.

De esta manera, se está a punto de aprobar en España una ley que sólo ha sido aprobada en cinco países del mundo: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia.

Lo cual ya es digno de denunciar. Así lo hacía el Comité de Bioética de España, que en un documento se opuso a legalizar la eutanasia con, entre otros, argumentos como estos: “Legalizar la eutanasia y/o auxilio al suicidio supone iniciar un camino de desvalor de la protección de la vida humana cuyas fronteras son harto difíciles de prever, como la experiencia de nuestro entorno nos muestra”.

En efecto. Recordemos la pendiente resbaladiza que han vivido los Países Bajos con la eutanasia, hasta el punto de que la actual normativa en Holanda también facilita la eutanasia para bebés menores de un año con el consentimiento de los padres. Y el último paso que quiere dar el Gobierno de Holanda es una reforma legal que permitirá practicar la eutanasia a niños de entre 1 y 12 años que sufran una enfermedad terminal.

También lo advertía la 'Plataforma los 7.000’, que publicó un manifiesto -firmado, entre otros, por José Luís Corcuera, exministro del Interior con el PSOE- en favor de una ley de Cuidados Paliativos, en el que señalaban: "La eutanasia plantea graves problemas éticos siempre, pero además en el caso de España y dada la mala situación de los cuidados paliativos, lo que realmente se ofrece es morir entre sufrimientos o a manos del médico. Esto no es una opción. Además, puede dejar secuelas psicoemocionales en los familiares que deciden o consienten en esa eutanasia. Es un dato decisivo el rechazo universal a este tipo de legislación: desde que se aprobó la primera ley de la eutanasia en Holanda hace casi 20 años, sólo otros cuatro países en el mundo han seguido su camino. Los dos vecinos con quien integra el Benelux, Bélgica y Luxemburgo, y Canadá y Colombia, en América. Y es que la eutanasia forma parte del problema, no de la solución, porque el fin para una vida digna es la conjunción de la compañía solícita y de los pertinentes cuidados paliativos".

También rechazó la eutanasia la Conferencia Episcopal, cuya Comisión Ejecutiva publicó una nota en la que argumentaba, entre otras cosas: “Insistir en ‘el derecho eutanasia’ es propio de una visión individualista y reduccionista del ser humano y de una libertad desvinculada de la responsabilidad. Se afirma una radical autonomía individual y, al mismo tiempo, se reclama una intervención ‘compasiva’ de la sociedad a través de la medicina, originándose una incoherencia antropológica. Por un lado, se niega la dimensión social del ser humano, “diciendo mi vida es mía y sólo mía y me la puedo quitar” y, por otro lado, se pide que sea otro -la sociedad organizada- quien legitime la decisión o la sustituya y elimine el sufrimiento o el sinsentido, eliminando la vida”. “Una sociedad no puede pensar en la eliminación total del sufrimiento y, cuando no lo consigue, proponer salir del escenario de la vida; por el contrario, ha de acompañar, paliar y ayudar a vivir ese sufrimiento. No se entiende la propuesta de una ley para poner en manos de otros, especialmente de los médicos, el poder quitar la vida de los enfermos”.

El PP también se ha opuesto a la eutanasia, al menos de boquilla. Pero también se oponía al aborto y al matrimonio homosexual y cuando llegó al poder no hizo nada al respecto. Así que cabe suponer que con la eutanasia harán lo mismo

Y el partido político que con mayor vehemencia se ha opuesto a la eutanasia es Vox, cuya diputada María Ruiz Solás defendió una ley de cuidados paliativos frente a la ‘ley de muerte’ del Gobierno. “Qué enorme la arrogancia de los hombres, que hacen leyes que permiten la destrucción de la vida, como si lo legalmente permitido, acabara siendo lo moralmente correcto”, ha señalado Ruiz Solás, que ha denunciado que el PSOE quieren “convertir en una prestación sanitaria, lo que no es otra cosa que matar a una persona”. “Ustedes, señores del gobierno, con esta ley, van a convertir a nuestros médicos en verdugos”. “Los que creemos en la dignidad intrínseca de la persona -señala Ruiz Solás- y en que la vida es el bien más precioso que poseemos, tenemos la obligación moral de intentar convencerles, para que paren esta locura”.

Tras recordar cómo el PSOE ha cambiado la sociedad con las leyes del aborto, con el progresismo que trata de persuadir a las mujeres que van a tener hijos con alguna discapacidad, con alguna malformación, o con síndrome de Down, para que aborten, con los mayores en las residencias… y ahora con “las personas desesperadas por el sufrimiento, el dolor, la soledad, la frustración y la pena”, Ruiz Solás denunció el chantaje emocional indigno que no hace sino “utilizar el sufrimiento de las personas, para tratar de hacernos creer que es blanco, lo que en realidad es negro”.

El PP también se ha opuesto a la eutanasia, al menos de boquilla. Pero también se oponía al aborto y al matrimonio homosexual y cuando llegó al poder no hizo nada al respecto. Así que cabe suponer que con la eutanasia harán lo mismo. Y es que el PP es un partido que ya no tiene ninguna credibilidad. Así lo sienten muchos españoles que hace tiempo que dejaron de votarles por haberles tomado el pelo soberanamente…   

Y todo ello, con  su ración anexa de hipocresía, tan socorrida en la llamada cultura, más bien mercado, de la muerte. Así, el texto legal especifica que se podrá aplicar la eutanasia cuando la dolencia psíquica resulte insoportable. No sólo la física, mucho más objetiva, sino también la depresión. Así que cuando alguien se sienta deprimido y quiera suicidarse, tal y como ocurre con el enorme coladero del aborto psíquico, podrá exigir que el Estado le "suicide" y sin dolor alguno... algo que, por cierto, nadie puede asegurar. Es decir compromete a un tercero en su deseo y/o capricho. ¿Quién decide cuándo un dolor psíquico es insportable? Él mismo. La patología psíquica no consiste precisamente en que uno no es del todo dueño de su libre albedrío. Y a lo peor cuando cambie de opinión ya no podrá hacerlo porque estará muerto.

En cualquier caso, eutanasia es algo peor que el suicidio, pues se pone en solfa a un tercero, al matarife.