¡Qué casualidad! cuando las encuestas le dicen a Pablo Iglesias Turrión que va a perder las elecciones del 4 de mayo le llueven amenazas… “a mí, a mi padre, a mi madre y a mi pareja”.

“Terrorismo”, clama don Pablo, aunque lo que hicieron los horteras del desaguisado fue enviar balas de cetme al ministro Marlaska y al secretario de general de Podemos.

Y entonces don Pablo se pasea primero por los desayunos de RTVE y calienta la jornada, luego se va al debate de la Ser y le exige a Monasterio que se desdiga de sus dudas sobre la veracidad de los hechos. Naturalmente, Monasterio se niega, como me negaría yo, dado que no tengo muy claro que no sea un montaje del propio Iglesias o del propio Marlaska. Y, sobre todo, porque se me puede exigir que condene la violencia, pero eso lo ha hecho reiteradamente, pero no que tenga que creerse todo lo que dicen Iglesias y Marlaska. La Iglesia no nos exige tanta fe a los católicos.

El secretario general de Podemos necesitaba montar un numerito para subir en las encuestas. Madrid puede ser la tumba de su comunismo

En cualquier caso, si alguien ha blanqueado a miserables ha sido Iglesias con los proetarras. Y si con algún grupo político se ha centrado la violencia ha sido contra Voxalentados por don Pablo.

El numerito de Pablo a partir de los malos resultados en las encuestas, que podrían suponer el fin de su carrera política, ha alcanzado cotas épicas.

A partir de ahí, la demagogia podemita se desparrama: señalan a Vox, convirtiendo al verdugo en víctima.

Pero lo que me preocupa es la actitud de mis colegas periodistas. Ver a Angels Barceló correr por el estudio, coger de la manita al actor Iglesias, gritar “Pablo no te vayas”, y allí mismo insultar a Monasterio llamándole ultra y definiendo como provocación la defensa de la candidata de Vox… es algo muy duro.

O ver al canal 24 horas de RTVE asegurando que Monasterio no condenó la violencia, cuando es sencillamente falso y cuando, con cierta inteligencia, doña Rocío aclaró después: condenó la violencia contra Iglesias -sí es cierta que podría ser cierta o falsa-, el fascismo, el comunismo.

Insistimos, Vox no es ultraderechista, es católico. Pero hemos conseguido que lo parezca

Todo esto es una poco vergonzoso para un periodista. Y hombre, da que pensar. Recuerden que Barceló ejercía como moderadora de un debate preelectoral. Con exquisita imparcialidad, claro está.

La España de hoy vive en guerracivilismo. Y el culpable es la izquierda, tanto socialistas como comunistas. Porque Pablo no hubiera sido nada de no ser por Pedro.

Lo dicho, un numerito de Pablo Iglesias porque, sencillamente, las cosas no van bien.