El 17 de noviembre Twitter decidió cerrar las cuentas oficiales de Educatio Servanda y de su director de comunicación, Óscar Rivas. Según un comunicado de la propia Fundación, lo hacía sin dar explicación alguna, tal y como suele ser habitual cuando se produce una suspensión.

Educatio Servanda informa de que la sanción se producía en un momento crítico para el mundo educativo, justamente cuando más arreciaban las críticas contra la 'ley Celaá'. Cinco días más tarde, miles de ciudadanos invadirían las calles con sus vehículos.

Durante una semana y, pese a las casi cincuenta apelaciones realizadas, Twitter seguía sin dar una sola razón que avalase tal medida. Este silencio reiterado, y sospechoso, de la red social, obligó a la Fundación a reclamar la injusticia de la situación.

Para Óscar Rivas, sólo un error podía justificar una suspensión de semejante alcance: “Las más de 16.000 personas que nos seguían saben que nuestro cumplimiento hacia las normas de Twitter ha sido en todo momento ejemplar”. Por todo ello, el dircom de Educatio Servanda exigía la inmediata restitución de las cuentas. “De no ser así entenderíamos que estamos siendo víctimas de una agresión contra la libertad de expresión”.

Horas más tarde, el 26 de noviembre, Twitter restituía a la Fundación y a Óscar Rivas sus respectivas cuentas.

Twitter censura, suma y sigue. 

 

Relacionado