El nombramiento de Emilio Saracho como presidente del Popular se anunció el 21 de diciembre de 2016, pero no tomó posesión del cargo hasta el 20 de febrero de 2017. Ese día, los títulos del Popular cerraron en los 0,84 euros después de caer un 0,59%. El banco valía en bolsa unos 3.450 millones de euros. Pues bien, el 6 de junio de 2017, último día en el que cotizó, las acciones cerraron a 0,31 euros por título, después de bajar un 6,21%. El banco valía 1.300 millones.

Ahora, la declaración de Saracho ante el juez, recogida en un titular de Expansión: “Acepté dirigir Popular para que la acción no se hundiera”. Pues lo bordaste, campeón. Durante los tres meses que estuviste al mando, el banco perdió nada menos que el 62,2% de su valor bursátil y pasó de valer 3.450 millones a 1.300. Desde aquí, una sincera recomendación a Antonio Vázquez, presidente de IAG, y a Pablo Isla, su homólogo en Inditex, dos empresas donde Saracho es consejero: aléjenle de cualquier responsabilidad que tenga que ver con la cotización.

Saracho es un fenómeno, y lo sabe: “Si no hubiera aceptado la presidencia me hubiera llevado por delante la cotización del banco”, le aseguró al juez. Y tras aceptarla... pues también se la llevó por delante

Y encima modesto. Saracho es un fenómeno, y lo sabe: “Si no hubiera aceptado la presidencia me hubiera llevado por delante la cotización del banco”, le aseguró al juez. Y tras aceptarla... pues también se la llevó por delante.

Además de para mostrarnos sus cualidades, la comparecencia de Saracho ante el juez de la Audiencia Nacional ha servido para conocer detalles que desconocíamos. Por ejemplo, que el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, le pidió que le informara puntualmente sobre la fuga de depósitos del banco, algo que no deja de ser curioso porque fue el propio Guindos quien ordenó la salida de los depósitos de las Administraciones Públicas.

Por cierto, como adelantamos en Hispanidad, solo seis meses antes de la intervención, Guindos aseguró que el Popular era un banco solvente. “Yo he preguntado al regulador y me han dicho que no había ningún problema en ningún banco español”, afirmó. ¿A qué regulador? ¿Al de Fráncfort o al de Cibeles? “A los dos”, sentenció.