La noticia adelantada por Hispanidad el 27 de agosto -Berlín pretende que Deutsche Telekom absorba Telefónica- ha cogido un nuevo impulso después del artículo publicado en el diario alemán Der Spiegel el 21 de septiembre, acerca de la gestión del Gobierno de la segunda ola de la pandemia.

El rotativo ha encendido todas las alarmas en Moncloa, especialmente el economista Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto de Kiel para la Economía Mundial, que pone límites: “Si la recesión en España acaba siendo el doble de severa que en Alemania, no podremos compensarlo con ningún tipo de fondo de recuperación o paquete de ayuda. Nadie ofrecerá tanto dinero”, asegura en el artículo.

En Bruselas cunde la hispanofobia y en Berlín, también. Nadie confía en Pedro Sánchez más allá de los Pirineos y la desconfianza es lo peor que le puede pasar a un Gobierno que necesita el dinero europeo más que el comer. Lo advirtió el propio FMI en su informe sobre nuestro país: la recuperación española depende, en gran medida, de los fondos europeos de reconstrucción.

España necesita el dinero europeo para reflotar la economía y Sánchez, el apoyo de Angela Merkel para permanecer en La Moncloa y está dispuesto a entregar, a cambio, Telefónica a Deutsche Telekom. En otras palabras, está dispuesto a entregar la empresa española más importante en la nueva economía, con tal de ganarse el favor de Merkel para seguir en La Moncloa.

El asunto es muy serio porque hay mucho en juego. Lo ha advertido Santiago Abascal en un tuit: “España no puede permitir que una empresa como Telefónica acaba diluida en una compañía alemana. Demasiado dependemos ya de las decisiones de terceros países. Aquí, además, nos jugamos la soberanía de los datos, quizá uno de los conceptos más importantes de la próxima década”.

Los alemanes sueñan con absorber Telefónica y controlar, no sólo el mercado español, sino también el iberoamericano -especialmente Brasil- y el británico. Recuerden que los alemanes están muy fuertes en EEUU con su filial T-Mobile.

La capitalización de Telefónica no sería un obstáculo: su valor en bolsa es de 15.367 millones de euros frente a los 68.560 millones de Deutsche Telekom. Es decir, el mejor momento para los alemanes, el peor para los españoles, a la hora de hacer una ecuación de canje.

Cuidado con lo que ocurra en el Consejo europeo iniciado el jueves 27.