El Tribunal Supremo tiene una patata caliente importante sobre la mesa, y da igual la solución final: su decisión va a condicionar sobremanera la situación del mercado hipotecario y los precios futuros de los préstamos, dado que, sin duda, se va a trasladar el coste a los prestatarios, que lo pagarán a lo largo del tiempo. A todo esto, la posibilidad de que se aplique retroactivamente y que sean los bancos los que asuman la fiesta de una reinterpretación de la normativa fiscal tendrá un efecto en sus recursos propios, algo que no agradará a las autoridades europeas ante una clara perspectiva de parón económico a lo largo del próximo año.

A todo esto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha tenido ningún pudor en advertir este martes del impacto en el déficit de 5.000 millones de euros que tendría una decisión ‘condenatoria’ hacia los bancos y con retroactividad de cuatro años. Así ha presionado, como es costumbre desde el terreno político sanchista, las decisiones judiciales. Todo sea por la separación de poderes “chiqui”, que solo son 5.000 millones. Los quitamos de aquí y los ponemos allí, que de esto saben mucho. Algo más que una huelga de fiscales y jueces se merecen, pero esa es otra cuestión. En cualquier caso, la división en el Supremo y la idea de que la solución aportada agrade a todos va a ser imposible, lo que determina que la fumata blanca se haga esperar.

La caída de ingresos en un entorno algo turbulento para el negocio bancario se compensa con una reducción de gastos

A todo esto, la presentación de resultados de las entidades financieras marca datos interesantes, por no decir dispares. Ibercaja, que los ha publicado este martes, deja unas ganancias de 72,5 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 10,1% menos respecto a los datos de hace un ejercicio. La caída de ingresos en un entorno algo turbulento para el negocio bancario, se compensa con una reducción de gastos acelerada que ha practicado desde enero. El aumento de los deterioros registrados justifica la evolución de las cifras. Todo ello ha derivado en un margen del negocio prestamista por valor de 420 millones, prácticamente lo mismo que el año anterior. Por su parte, las comisiones, con una subida del 4,2% hasta los 280 millones, ha permitido compensar la importante reducción del 27% de los resultados derivados de las operaciones financieras, quedando en cifras próximas a 42 millones de euros. Lo peor, sin duda, es la caída de los ingresos totales en un 1,9% hasta los 744 millones, que marca la existencia de un mercado competitivo y con cierto miedo al futuro.

La compensación, como siempre, viene de la mano de los recursos gestionados de los clientes, con un volumen total gestionado de 56.687 millones en el mes de septiembre, 1.308 millones más que hace un año, un aumento del 2,4%. La gestión de activos y los seguros de ahorro explican estos datos, con un incremento anual del 5,3% de la banca en la sombra. En esta línea, los fondos de inversión se ven incrementados en cifras similares, los planes de pensiones un 1,1% y los seguros de vida, un 6,8%.

La comparación con el resto de entidades europeas no deja en buen sitio a Ibercaja, si bien cumple con lo pactado

Por la vía del negocio bancario puro y duro, la entidad ha formalizado un total de 4.181 millones de euros de crédito nuevo, el 69% destinado a financiación empresarial y el resto, a particulares. Las nuevas hipotecas se han visto incrementadas en 962 millones en estos meses, un 1,7% más que los datos de hace un año. 

La compensación viene de la reducción de gastos, que se han visto disminuidos en un 6,8% hasta los 511 millones, con una reducción de los costes recurrentes del 4,4% y todos los derivados del plan de ajuste. A todo ello se suma el aumento de los deterioros hasta los 105 millones y la autofinanciación, que supone un aumento del 7,4%, por lo que pudiera pasar. Todo ello nos deja una ratio de capital de máximo nivel – CET1 fully loaded-, del 10,6%, con una leve subida de solo 0,09. La comparación con el resto de entidades europeas no deja en buen sitio a Ibercaja, si bien cumple con lo pactado.

En estas condiciones, salir a bolsa antes de finalizar el año 2020 cumpliendo la normativa vigente (Ibercaja ha contratado a Rothschild), resulta interesante, sobre todo si tomamos como referencia los datos pasados y la evolución de los mercados en el corto plazo. Turbulentos y nerviosos ante las expectativas futuras, por lo que el timing de la salida será uno de los quebraderos de cabeza de Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja Banco. En resumen, flojos resultados en un momento crucial, a lo mejor lo que hay que hacer es mantener la mayoría necesaria y no salir a bolsa.