Ya ha comenzado la cuenta atrás para la Junta de Accionistas de Repsol del próximo viernes, donde su presidente, Antonio Brufau (71 años), optará a su reelección como consejero para un último mandato hasta 2023. Es la sexta vez que se somete a dicho trámite desde que entró en la compañía en 1996 y la cuarta desde que ocupa la presidencia (2004). Ante su nueva legislatura, el reto es crecer en electricidad, algo que buscará, sobre todo, aumentando en energía fotovoltaica y eólica.

Brufau, a sus 71 años, se somete a su sexta reelección como consejero, la cuarta desde que ocupa la presidencia 

Actualmente, Repsol tiene una capacidad instalada de 2.950 MW (megavatios) en España: 2.350 MW procedentes de los activos comprados a Viesgo -tres centrales hidroeléctricas en el norte con una capacidad de 700 MW y dos centrales de ciclo combinado en Cádiz y Zaragoza con 1.650 MW- hace casi un año y otros 600 MW de sus plantas de cogeneración. Pero el objetivo es llegar a 4.500 MW de generación de bajas emisiones en 2025, según el Plan Estratégico 2018-2020, que se actualizó el pasado junio. Cifra que está lejos de la de su antiguo socio, Naturgy, que tiene una capacidad de 12.500 MW en España, de los que 7.000 vienen del ciclo combinado.

La compañía quiere crecer en electricidad, pero sin dejar de ser una petrolera

La compañía quiere crecer en electricidad, pero sin dejar de ser petrolera. Para ello acometerá unas inversiones de 2.500 millones de euros entre 2018 y 2020, con el objetivo de alcanzar los 2,5 millones de clientes minoristas de gas y electricidad en España en 2025. Sin embargo, no apostará por crecer en ciclo combinado, porque tras la compra de activos de Viesgo (operación que incluyó hidroeléctricas, ciclos combinados y la comercializadora de gas y luz) considera que tiene cubiertas sus necesidades, ha logrado muchas sinergias y una mejora de la eficiencia.

Ahora prefiere lanzarse a crecer a través de la fotovoltaica y la eólica. Entre sus nuevos proyectos, está el fotovoltaico Valdesolar (264 MW) adquirido en noviembre y que se sitúa en Valdecaballeros (Badajoz) o su participación en WindFloat Atlantic, uno de los mayores parques eólicos flotantes del mundo y el primero de eólica marina de la Península Ibérica, en la costa de Portugal, con 25 MW de capacidad, y que desarrolla dentro de un consorcio junto a la eléctrica lusa EDP, la multinacional japonesa Mitsubishi, la ingeniería nipona especializada en petróleo y gas Chiyoda y la gasista francesa Engie.