Repsol ha aterrizado en el negocio renovable de EEUU, aprovechando el entorno favorable (en la Casa Blanca está el ‘verde’ Joe Biden), algo que también hizo EDP Renovables (EDPR) hace unos meses. Y ojo, el paso adelante no lo ha hecho de cualquier forma, sino comprando el 40% de Hecate Energy, empresa estadounidense especializada en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos y de baterías para el almacenamiento de energía.

La compañía multienergética que preside Antonio Brufau se convertirá así en un actor relevante del sector fotovoltaico y de baterías estadounidense: Hecate Energy tiene una cartera de proyectos de más de 40 gigavatios (GW). Así, eleva la internacionalización de su negocio de generación de bajas emisiones, uno de los objetivos que recoge su Plan Estratégico, tras haber entrado en Chile gracias al acuerdo con Grupo Ibereólica Renovables (cuya cartera de proyectos asciende a más de 1.600 megavatios, ampliables a 2.600) y de participar en el parque eólico marino flotante Windfloat Atlantic en la costa de Portugal.

Esta entrada de Repsol en el negocio ‘verde’ de EEUU también supone un notable avance para alcanzar las metas de 7,5 GW de generación de bajas emisiones en 2025 y de 15 GW en 2030. En la actualidad ya tiene casi 3,3 GW de capacidad total instalada y a finales de año prevé que la cifra sea de 710 megavatios (MW) adicionales, llegando a más de 4 GW. Y ojo, porque tendrá la posibilidad de comprar la totalidad del accionariado de Hecate Energy una vez que pasen tres años desde el cierre de la transacción por el 40%, cuyo importe no se ha dado a conocer.

El crecimiento en generación de bajas emisiones se da al mismo tiempo que las desinversiones en otros países y negocios: vende sus estaciones de servicio en Italia y su participación en Arog en Rusia, dejando de producir allí 

En su Plan Estratégico, Repsol ha puesto el foco en las áreas geográficas con mayores ventajas competitivas, por ello ha apostado por aterrizar en EEUU y en el negocio renovable. Con la compra del 40% de Hecate Energy entran “con el mejor socio posible y avanzamos en nuestro objetivo estratégico de ser un operador global de bajas emisiones. Seguimos demostrando nuestra apuesta por la multienergía y dando pasos en la transformación de Repsol para ser compañía cero emisiones netas”, ha destacado María Victoria Zingoni, directora general de Cliente y Generación Baja en Carbono de Repsol.

Un proceso que lleva al mismo tiempo que las desinversiones en otros países y negocios que no tienen tantas ventajas competitivas y ya no son tan estratégicos. Hace un mes, decidió vender el negocio de carburantes en Italia, en concreto 275 estaciones de servicio y el negocio de ventas directas de combustible a Tamoil, uno de los grandes operadores de dicho mercado. Y el pasado miércoles ha llegado a un acuerdo para vender su participación del 49% en Arog, la joint venture para explorar y producir hidrocarburos en Rusia, a su socio (Alliance Oil), que hasta ahora tenía el 51% restante. Con este último movimiento dejará de producir en Rusia, pero no la actividad de exploración, pues todavía tiene activos, aunque la estrategia pasa por reducir su presencia a 12 o 14 países en dicho negocio, centrándose en proyectos de ciclo más corto.