Esta es la semana de los Presupuestos Generales del Estado para 2021.

Decía Jorge Luis Borges, sobre los peronistas, que no eran ni buenos ni malos: eran incorregibles. De los Presupuestos Generales del Estado (PGE 2021) de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón puede decirse algo parecido: son malos, sí, pero, sobre todo, son incorregibles… por incumplibles.

Empecemos por el final: los PGE de la ministra María Jesús Montero prevén un crecimiento del PIB español que roza el 10% en 2021. Hombre a lo mejor lo consiguen, pero sólo en el caso de que el PIB 2020 se desplome aún más del 16% (podría ocurrir perfectamente) y el incremento de 2021 lo fiemos a la mera comparación anual con el peor año económico del siglo XXI.

Los apoyos políticos a estas cuentas son lo de menos: lo de más, es que los PGE, propiamente dichos, son un fraude, un engaño a los españoles

Más barbaridades presupuestarias: aumenta el gasto, que no la inversión, aumentan los impuestos, con una previsión imposible de cumplir aunque desnuden a los españoles más productivos y, lo peor, se dispara la deuda. Ojo, con el Covid es lógico que se dispare la deuda, pero lo que no es lógico es lo del Gobierno Sánchez: disparar la deuda para subvenciones, no para crear empleo… aunque fuera empleo público.

Que el zote económico que es Pablo Iglesias no repare en esto no me preocupa: estaba previsto. Ahora bien, que una mujer presuntamente preparada, como Nadia Calviño, no lo haga… eso ya es más preocupante.

Montero y Calviño rezan, o deberían hacerlo, porque no suban los tipos: los PGE arruinarán España ante el menor aumento del precio del dinero

En pocas palabras, los PGE de Sánchez son todo lo contrario de lo que había que hacer. Y no se confundan con el aparato mediático pro-Moncloa: los apoyos políticos a estas cuentas son lo de menos. Lo de más, es que los PGE, propiamente dichos, son un fraude, un engaño a los ciudadanos.

Lo único bien calculado, y quizás se queden cortos, son los gastos: los ingresos no se van a cumplir ni de lejos. Y lo peor: las ministras Montero y Calviño rezan, o deberían hacerlo, porque no suban los tipos. Los PGE arruinarán España ante el menor aumento de los tipos de interés… que algún día se producirá y en el que ya insisten los alemanes. Sobre todo porque más no pueden bajar.

Estos presupuestos son anti-cristianos porque viven de la morosidad… y el séptimo mandamiento ordena pagar las deudas

Los españoles caminamos sobre un alambre colgado sobre el vacío, llamado deuda pública. El portavoz económico de Vox, Rubén Manso, lo explicó en la tribuna del Congreso con meridiana claridad.

Los PGE de Sánchez con malos pero, sobre todo, son como él mismo: incorregible. ¿Y estos Presupuestos son cristianos? No, son anticristianos. ¿Por qué? Porque viven de la morosidad y el séptimo mandamiento ordena pagar las deudas. De hecho, España sólo cambiará cuando deje de vivir agobiada por las deudas, cuando no gaste más de lo que ingrese, lo que, según Charles Dickens, constituye el secreto de la felicidad.