Hay que reconocer que Pedro Sanchez es todo un ‘feministo’. Ya habló de la energía y la esperanza que el PSOE otorgaba a España con su feminismo. Sólo que, en el entretanto, aniquilaba toda oposición hacia su persona en la aprobación de las listas. Por ejemplo, los varones y mujeres, sin distinción de sexo, de la andaluza Susana Díaz, del aragonés Javier Lambán o del asturiano Javier Fernández, han sido laminados. Sobre todo, los de una triste Susana Díaz, bajo la excusa de que ha sido derrotada en los comicios andaluces… como si Sánchez hubiera ganado elección alguna en las urnas.

Albert Rivera será el tonto útil… del PSOE, no del PP. Pero, ojo, al Nuevo Orden Mundial (NOM) no le gustan nada los separatismos: quiere centralismo férreo

En definitiva, Pedro Sánchez será muy feminista y muy progresista pero no deja de ser socialista: este fin de semana ha expulsado a los veteranos y novatos que se le oponían; una purga soviética de todo aquel que se le atrevió a oponerse en las primarias o que lo expulsó de la Secretaria General.

Ha nacido el culto al líder socialista: en las listas, que es lo que anhelan los políticos, sólo estarán los que, genuflexos, hayan mostrado de fidelidad perruna al líder, ayer y hoy, porque don Pedo ha ajustado cuentas con el pasado. Por ejemplo, con Pepiño Blanco, que fue quien forzó su dimisión en el Comité Federal de la gran bronca, un 9 de julio de 2018.

A la masonería no le basta con la alianza PSOE-Ciudadanos. Necesita incluir también al PP

Y ha sido fiel a las órdenes del Nuevo Orden Mundial (NOM), la masonería del siglo XXI, que Hispanidad adelantará días atrás y que ahora algunos nos copian, por cierto, no con mucho acierto: al menos con un fallo, porque la masonería no pretende sólo un acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, sino el pacto que propone el masón Manuel Valls: Sánchez, Rivera… y Casado con la excusa de luchar contra el independentismo. Sin el PP no salen las cuentas.

Pero el líder debe ser Sánchez, que es el que asegura todo el soporte ideológico de la ideología de género, un ideario contra el hombre y contra la humanidad y una proscripción liberticida de la pequeña propiedad privada.

El feministo Sánchez hace una purga soviética en el PSOE

Eso exigiría que Sánchez cambie su actual frentepopulismo (socialismo más comunismo, más separatismos vasco y catalán) por un centralismo rabioso, de corte jacobino, cristófobo y con un capitalismo de Estado y de grandes propietarios, sean púbicos o privados, que eso es cuestión menor. Lo importante es que sea grande. El poder del NOM se basa, en lo político y en lo económico, en un oligopolio de gigantes.

En definitiva, Pedro Sánchez se convierte en el líder de la masonería para España porque posee todo lo que reclama el Nuevo Orden Mundial (NOM): ideología de género, cristofobia y grandes propietarios, sean públicos o privados. 

Pero ojo: todo esto supone que Albert Rivera será el tonto útil… del PSOE, no del PP. Rivera cree que puede liderar la coalición masónica, pero el NOM tiene claro que sólo le sirve como comparsa.

Y cuidado, al Nuevo Orden Mundial (NOM) no le gustan nada los separatismos: quiere centralismo férreo.

Y no basta con la alianza PSOE-Ciudadanos. Necesita incluir también al PP.